En completo abandono se encuentra la planta de tratamiento de agua potable del barrio San Antonio, sin prestar servicio a sus 169 suscriptores y a las mil 886 familias del sector Los Ciruelos.

Según explicó el contralor Edwin Riaño, durante la administración del exalcalde Jesús María Botero se destinaron recursos por 270 millones de pesos para la construcción de la planta.

Sin embargo, a fecha de hoy, la planta permanece como una ‘matera gigante’, sin que se vea una solución definitiva a corto plazo.

La Contraloría municipal advierte que conminó a la Secretaría de Desarrollo Rural, Ibal y comunidad de los barrios Los Ciruelos y San Antonio para poder llegar a un acuerdo y culminar los trabajos, so pena de iniciar investigación y cargos por presunto detrimento patrimonial.

De acuerdo con el organismo de control se han llevado a cabo dos mesas técnicas con el fin de dirimir un conflicto con la comunidad de San Antonio y Los Ciruelos, que manifiestan su rechazo a disminuir el diámetro de tubería, porque podría afectar el flujo de las aguas.

A su vez, revisar la legalidad del comodato suscrito en cuanto al predio destinado para la construcción de la estructura, situada en el lugar conocido como la Castella (Camino a la Vereda China Alta) y que es propiedad de un tercero. Es decir, la Administración invirtió recursos públicos en la propiedad de un privado.

De acuerdo con el secretario de Desarrollo Rural, Francisco Montoya, se evalúa alternativas para la legalización del mismo.

Y lo que llama la atención es que el Ibal asesoró la elaboración de los diseños y construcción de la planta, trabajos ya ejecutados sin prever con antelación la instalación de la línea de conducción.

¿Y el contratista?

La Administración firmó el 26 junio de 2013 un contrato por mil 893 millones de pesos para la construcción, mejoramiento y optimización de los acueductos comunitarios de los barrios San Antonio, Los Ciruelos, Túneles y Darío Echandía. El plazo de ejecución era de seis meses, previo a la legalización del mismo.

Sin embargo, ha pasado más de un año y los trabajos se encuentran en un 67 por ciento de ejecución, como reconoció Montoya.

“No hemos podido avanzar de una forma decidida, porque hay preocupación de la comunidad por el cambio de la línea de conducción de una tubería de tres pulgadas a dos y piensan que se les va a disminuir el agua”, indicó Montoya.

Y llama la atención que el contratista Luis Egimio Varón Vargas tendría a su cargo la construcción de la planta del barrio San Antonio, que tendría un costo de 411 millones de pesos y la instalación de la línea de conducción que tendría un valor de 124 millones 382 mil pesos.

El pasado 24 de mayo, la Alcaldía prorrogó por 165 días más el contrato que ahora se apresta a suspender por los conflictos previstos para la instalación de la línea de conducción tanto de Los Ciruelos como en San Antonio.