El tren condujo a Ibagué por los rieles del desarrollo

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
El ferrocarril llegó en su momento a Ibagué por etapas, incluso, Flandes fue el primero en tener acceso a este sistema de transporte, después se extendió a San Bonifacio de Ibagué del Valle de las Lanzas.

A través de la historia, el desarrollo de las ciudades se va dando de acuerdo con las necesidades de las personas, y fue precisamente lo que ocurrió con el sistema de transporte de la antigua Villa de Andrés López de Galarza, Ibagué.

En 1910, el ferrocarril únicamente cubría la ruta de Girardot - Bogotá, pero ya en 1912 algunos ciudadanos de diferentes grupos políticos, junto con algunos empresarios de Ibagué, efectuaron una reunión que se llamó la Junta de Tolimenses.

“En ese momento era presidente de Colombia  Carlos E. Restrepo, entonces los señores de la Junta de Tolimenses le pidieron al presidente una serie de obras de infraestructura, en las que se incluía la prolongación del ferrocarril de Flandes a Ibagué, pues el objetivo era llegar hasta el puerto más importante de Colombia, Buenaventura, en el Pacífico colombiano”, recordó el historiador ibaguereño Hernando Bonilla Mesa. 

Llegando a 1914, el ferrocarril avanza de Flandes a Chicoral, lugar donde dura un buen lapso de tiempo hasta que en 1919 llega al sector de Picaleña, es decir que una de las primeras carreteras construidas fue la que llega a ese punto de la ciudad, porque al mismo tiempo el automóvil estaba apareciendo en el país.

“El ferrocarril es lo que empieza a darle vida al sector de Picaleña, aún hay gente que dice que el lugar anteriormente se llamaba Pitaleña, porque había un señor de Pitalito, Huila, que tenía un negocio de comidas, pero quedó Picaleña  porque en ese sector estaban las haciendas de los terratenientes ibaguereños”, refirió Bonilla. 

De ahí que en 1921 llegó el ferrocarril a San Bonifacio de Ibagué Valle de las Lanzas.

“Cuando el tren llega a la ciudad no había estación, originalmente era una enramada que estaba donde actualmente está ubicado el terminal de transporte de la ciudad.

“Construyeron la estación de trenes propiamente dicha, después la demolieron y finalmente le dieron vida a lo que es la terminal de buses hoy”, indicó Bonilla.

La estación del tren cuando se construyó llevaba el nombre de Estación Ospina, ya que fue construida en el gobierno de Pedro Nel Ospina y, además, Laureano Gómez influyó para que la estructura fuera construida en Ibagué, ya que él era Ministro de Obras públicas de la época.

Con la llegada del ferrocarril a la Capital Musical de Colombia se define el desarrollo urbanístico de la carrera Tercera. Según Bonilla, los hoteles en ese tiempo tuvieron mucho movimiento, pues la ciudad se volvió paso obligado, “mucha gente tenía que quedarse en la ciudad para dirigirse hacia el occidente del país o viceversa”.

Además, con la llegada del ferrocarril el desarrollo económico y social mejoró, sobre todo para los cafeteros en la zona, es decir el sistema económico de la ciudad se agilizó en un ciento por ciento. 

En esa época el sistema férreo pasaba por el sector que hoy se conoce como Versalles, luego seguía su trayecto por donde está el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, en ese punto de la ciudad se descargaban los tanques de petróleo traídos del Magdalena Medio.

Posteriormente, el tren seguía la ruta por lo que hoy se conoce como la Avenida Ferrocarril, de ahí que esta vía de la ciudad adquiere el nombre, “desde entonces, hay tramos en la vía por donde pasan los rieles, pues aún se conservan estructuras de lo que fue el Ferrocarril”, anotó.

Una estación de socialización

Para los años 50 y 60, quienes vivían en Ibagué usaban saco y sombrero; la gente popular se vestía con ruana, teniendo como punto de encuentro la estación del ferrocarril, ya que este lugar era en donde las personas se enamoraban, según cuenta el historiador. 

Cuando este sistema de transporte desaparece en la ciudad, “fue como una pena de muerte decretada, porque ya las empresas de camiones empezaron a transitar por las carreteras de la ciudad  y prácticamente a transportar la carga de los  vagones de los trenes”.

Credito
CINDY MILENA SERRATO B.

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