Las mujeres de la comunidad de La Miel que están produciendo fruta deshidratada

El proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y liderado por la empresa AKIS en compañía de Campus Iberus y la Universidad de Ibagué, reúne a siete mujeres de La Miel que le apuestan a consolidar una empresa amigable con el medio ambiente.
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Al interior de una hacienda ubicada en La Miel en un espacio donde antes solo había un terreno árido, hoy funciona un planta de deshidratación de fruta. Allí, siete mujeres de la comunidad se empoderaron de un proyecto que trascendió la academia y que quiere seguir caminando como empresa.

Actualmente, pasado un año desde que arrancó todo el proceso del proyecto, la comunidad produce mango deshidratado en una planta que funciona solo con energía solar. La planta se compone de una casa prefabricada que funciona con paneles solares y un invernadero hecho de tejas de policarbonato que es donde se deshidrata la fruta.

El itinerario de las mujeres inicia a las 6 a.m. y termina a las 10 a.m., tiempo durante el cual dejan la fruta lista para que entre al proceso de deshidratación.

Vanesa Hernández, una de las habitantes de La Miel que participa del proyecto, explicó: “Nosotras seleccionamos la fruta por el grado de madurez que debe ser bueno, porque si tenemos el mango muy verde no nos sirve, luego lo lavamos y desinfectamos. Después empezamos a pelar, tajar y picar la fruta, el siguiente paso es disponerla en bandejas dentro del deshidratador.

“Cuando hay mucho sol es perfecto para secar la fruta, proceso que dura 24 horas, ahí el mago tiene que quedar sin nada de humedad y ya pasamos a empacarlo”.

Aunque parece un trabajo sencillo, el cómo se llegó a materializar la propuesta, el inicio de la operación, la formación de las mujeres y el que la comunidad creyera en la idea, fue un trabajo conjunto entre la Universidad de Ibagué y empresas internacionales que se empeñaron en sacar adelante el proyecto.

Los coordinadores del proyecto junto a las mujeres estandarizaron los cortes, maduración y consistencia de la fruta.

El inicio

Todo nació con la intención de la empresa AKIS Research International (España), que entre sus dueños tiene al ibaguereño Francisco Fonseca, radicado en ese país y quien con sus socios quiso llevar a cabo el proyecto social en la capital tolimense. 

Al respecto, Fonseca comentó: “Mi interés siempre ha sido llevar tecnología agrícola a Colombia, en el caso de La Miel se está utilizando la energía solar para el funcionamiento de una fábrica que puede llegar a ser rentable, con las mujeres de la comunidad que trabajando algunas horas al día pueden tener ganancias. Y es lo que buscamos, que la gente vea que en esta zona se puede aprovechar la energía solar para crear productos que no contaminen”.

Cabe destacar, que dicha empresa gestionó el financiamiento de la propuesta con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo - España (Aecid).

 

La puesta en marcha

Natalia Salazar, coordinadora del proyecto por parte de la Universidad de Ibagué, indicó que durante el primer semestre de 2019 se realizaron los convenios y compromisos con los diferentes actores y en septiembre una vez seleccionadas las mujeres arrancó el proyecto en forma.

“Empezamos a hacer capacitaciones en todas las materias, en paralelo, se empezó la construcción del deshidratador solar y la planta en donde se procesan los alimentos. Actualmente nuestra fruta líder es el mango, producto que ya está estandarizado”, acotó la profesora de la Unibagué.

Por su parte, Daniel Castro, estudiante de ingeniería Agroindustrial de la Universidad del Tolima, quien realiza su práctica coordinando el funcionamiento de la planta, explicó que al inicio había cierto escepticismo entre la comunidad por un proyecto y producto desconocidos.

“Entre ellas incluso se generaba una tensión, pero en el último mes las cosas han cambiado, sentimos que hemos impactado y ya la relación y la actitud de ver algo real ha sido para generar mayor credibilidad y aceptación”, manifestó Castro.

El invernadero después de que empieza a concentrar la energía solar puede alcanzar los 70°C.

 

Un proyecto que quiere seguir andando

El proyecto finaliza en abril, pero la intención de todos los actores que lo hicieron posible es que se constituya la empresa Frudetol y que el mango deshidratado sea certificado para su comercialización.

“La idea es poder sacar el registro Invima, tenemos claro que tenemos que cumplir con la normatividad y eso es nuestro paso a seguir. Es complejo ingresar al mercado porque un mango lo tenemos en fresco en la esquina, pero ese es el desafío, empezar a impactar la cultura fitness”, agregó Salazar.

“La idea es que cuando les entreguemos todo, ellas sean capaces de seguir con la planta, es como montarles una empresa de cero”, concluyó Fonseca.

 

El impacto

Yaleidy Avendaño, otra de las mujeres de La Miel, indicó que es un trabajo que les permite compartir más con sus familias mientras aportan económicamente, así como también impactar en la comunidad porque cada vez más gente se interesa en lo que están haciendo.

“La idea es seguir trabajando para que la empresa surja más y poder contratar más gente para que se puedan vincular. Con las capacitaciones en emprendimiento y las enseñanzas esperamos empezar a comercializar el producto”, comentó Avendaño.

Asimismo, el presidente de la Junta de Acción Comunal, Raúl Trujillo Márquez acotó: “La Alcaldía de Ibagué anterior también hizo un aporte, y con Fonseca él quiso mirar hacia acá para ayudar a las mujeres de La Miel, de ahí para acá venimos con el apoyo de las agencias de cooperación y estamos ya en la parte final”.

La primera casa es donde se realiza la etapa de cortado del mango, seguido, el invernadero donde se deshidrata la fruta.

Credito
EL NUEVO DÍA

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