Lo anterior debido a los calificativos que han hecho el ministro de Defensa, Diego Molano, y el presidente Iván Duque a los menores de edad que han fallecido en bombardeos de la Fuerza Pública contra campamentos en el país, donde incluso los han llamado “máquinas de guerra”. 

Por esta razón, la Sala de Reconocimiento de Verdad de la JEP indicó que se deben tomar medidas de fondo, con el fin de propender por la erradicación de prácticas discriminatorias y revictimizantes que derivan en riesgos a su seguridad, vida e integridad personal. 

El hecho más reciente en que fallecieron menores de edad se presentó el pasado 17 de septiembre en el litoral de San Juan, Chocó, y el resultado fue vociferado por el presidente Duque que enarboló la victoria y calificó el teatro de operaciones como un golpe fuerte y contundente a la estructura del ELN, ya que ‘Fabián’ “era, a todas luces, el cabecilla más importante de esta guerrilla en territorio colombiano”. 

Pero el cabecilla no murió en medio del operativo, sino que fue capturado gravemente herido y conducido a un centro médico de Cali, donde posteriormente falleció. En el despliegue de tropas también murieron alias ‘Carlitos’ y otras siete personas, las cuales, según el parte oficial del Gobierno, su identificación estaba en manos de los forenses del Instituto de Medicina Legal. 

Sin embargo, nadie se refirió a que en esos cuerpos estaban los cuatro menores de edad, hasta que el pasado jueves, tres semanas después del bombardeo, el senador Iván Cepeda denunció el hecho tras constatarlo a través de una respuesta a un derecho de petición que presentó a Medicina Legal.

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