El Contrato Laboral a término fijo agoniza

Eduardo Pilonieta Pinilla

Por esas cosas del destino llegó a nuestras manos una propuesta de reforma laboral la cual contiene algunos aspectos que vale la pena analizar.
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Parte del proyecto dice en su texto: “2. ESTABILIDAD LABORAL. Artículo 2. Estabilidad Laboral. En el sector privado como en el sector público, se garantizará la estabilidad para todas las personas trabajadoras y la contratación a término indefinido será la regla general… Si un trabajador o trabajadora es despedida injustificadamente, es decir, sin que obedezca a una causa legal o a justa causa previo agotamiento del procedimiento establecido, tendrá derecho a optar entre ser reintegrado al cargo que desempeñaba o a otros de iguales o mejores condiciones con el reconocimiento del salario y prestaciones sociales causadas desde la desvinculación hasta que el reintegro se haga efectivo, …”

De igual manera, cuando se contrata a término fijo y por obra o labor determinada, será necesario “…que se especifiquen con precisión en el contrato: la causa por la cual se contrata por dicho término y su conexión con la duración prevista, o de lo contrario se entenderá celebrado a término indefinido”.

Como puede concluirse, desaparece de la legislación laboral colombiana el contrato a término fijo sucesivo, es decir, que después de terminado el primer plazo, que no puede ser mayor a un año, pasaría automáticamente y por ministerio de la ley a ser a término indefinido el cual persistirá de manera obligatoria hasta que haya “…desaparecido el objeto contractual”.

Todo lo anterior inhibe cualquier posibilidad de intentar la aventura de contratar a una persona natural, pues lejos de suscribirse un convenio voluntario se contrae un verdadero sacramento, cuasi indisoluble, con el perjuicio que eso trae, por un lado, para el eventual emprendedor que desea intentar la aventura de crear una empresa y por ende la posibilidad de generar empleo para quien lo pueda necesitar y por el otro, el daño que se le causa a quienes anhelan poder conseguir un empleo para lograr subsistir.

Desde luego, debemos insistir que esto apenas es un proyecto, pero se corre el enorme peligro de que al ser tramitado el mismo sea aprobado a pupitrazo limpio, sin mayor análisis o simplemente motivado por la enmermelada correspondiente, como suele suceder en nuestra maltratada democracia.

 

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EDUARDO PILONETA PINILLA

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