PUBLICIDAD
En un acto de valentía que terminó en tragedia, Agustín Vélez Osorio, un comerciante de 65 años en Cartagena, perdió la vida al oponerse al robo de su humilde tienda. Su esposa, Luz Elena Cuervo, relató los desgarradores detalles del crimen y ahora clama por justicia.
El fatídico incidente tuvo lugar el jueves 9 de noviembre a las 8:10 de la noche en Cerros de Albornoz, cuando hombres armados ingresaron a la tienda propiedad de Vélez Osorio y su esposa. En un acto de resistencia, Agustín se negó a ser víctima de un robo que amenazaba con arrebatarle lo que había construido con esfuerzo durante 10 años.
La tragedia se desencadenó cuando los delincuentes, sin escrúpulos, amenazaron con violencia y exigieron mercancía y dinero en efectivo. Luz Elena, quien estaba en el patio de la vivienda, escuchó los gritos y salió justo en el momento en que su esposo forcejeaba con los criminales.
Le dispararon sin piedad
El desafortunado desenlace fue la detonación de un disparo en el torso de Agustín Vélez Osorio, quien, pese a ser trasladado rápidamente al CAP de Arroz Barato, no pudo sobrevivir a la herida mortal. La esposa, desconsolada, presenció impotente cómo le arrebataban la vida al hombre con el que compartió décadas.
La situación adquiere un matiz aún más oscuro al revelarse que los presuntos responsables del crimen podrían haber estado involucrados en una visita previa a la vivienda hace 15 días, cuando intentaron extorsionar al comerciante. Este lamentable episodio deja tras de sí a tres hijos enlutados por la pérdida de su padre, una figura que se resistió valientemente a convertirse en víctima de la delincuencia.
Lea también: Tragedia en Argentina: niña de 2 años pierde la vida tras caer en una lavadora
Luz Elena Cuervo, en medio del dolor, exige justicia y clama por la pronta identificación y captura de los responsables de arrebatarle la vida a su esposo. La comunidad se une en solidaridad con la familia afectada, mientras las autoridades investigan este trágico suceso que ha conmocionado a la ciudad de Cartagena.
Comentarios