¿Sacarse los trapos al Sol o lavar la ropa en la casa?

Crédito: Foto tomada de Colprensa.
En menos de un mes, el próximo 13 de marzo, los colombianos estarán votando para elegir a los nuevos miembros del Congreso de la República y al representante de cada una de las coaliciones interpartidistas que participará en la primera vuelta presidencial.
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En las últimas semanas los precandidatos del Pacto Histórico, la coalición Centro Esperanza y el Equipo por Colombia han competido entre sí para mostrarse como los más idóneos para representar a su sector político en la contienda por suceder a Iván Duque. 

Pero es una relación que a veces es ambigua, porque, por un lado, son aliados y se supone que tienen más cercanías que diferencias entre ellos, pero, por otro, son contrincantes y, en aras de ganar, a veces están dispuestos a enfrentarse entre sí con todas las armas que tienen a su disposición en medio de la contienda política. 

Cada una de estas coaliciones ha enfrentado este dilema de manera distinta. Con apoyo de expertos, analizamos cómo lo han hecho, si les ha convenido o han resultado golpeadas políticamente por ello.

En el caso de la Coalición de la Esperanza, las disputas han sido públicas, he incluso ha habido varios casos de “fuego amigo” entre sus miembros. La más sonada de estas disputas fue la que protagonizaron esta semana Juan Manuel Galán y Carlos Amaya, que mutuamente se acusaron de corrupción y clientelismo.

bia, la estrategia ha sido la contraria. Han sido pocas las discusiones públicas y, frente a las denuncias que han afectado al exalcalde de Barranquilla, Alejandro Char, por supuesta compra de votos, hubo un férreo apoyo de parte de sus compañeros, que, por el contrario, acusaron a Aída Merlano de hacer parte de un supuesto plan con Nicolás Maduro y Gustavo Petro para enlodar la candidatura de Char.

 

En el Pacto

 

Colprensa / EL NUEVO DÍA.

 

Y, en el Pacto Histórico, aunque ha habido bastante cohesión entre sus miembros ha habido algo de malestar en especial hacia Roy Barreras, a quien acusan de incumplir los acuerdos para decidir escoger la formula vicepresidencial, con el fin de dejar entrar el clientelismo a la coalición.

 Para los analistas consultados, no existe una estrategia mejor o peor, sino que depende de las circunstancias. Cada opción puede tener ventajas y desventajas.

 “Hay que diferenciar dos cosas. Si la diferencia es de propuestas, evidentemente es mejor que salgan a flote, que se debatan. Otra cosa son las acusaciones o enjuiciamientos en donde tienden a solidarizarse con las personas que están involucradas. Ahí el debate es para saber si efectivamente hay que respetar el debido proceso o no”, afirma el politólogo Alejo Vargas.

 Para Vargas, las discusiones programáticas entre precandidatos son pertinentes porque le permiten entrever al elector cuál es la mejor opción para su voto y para definir con quién se siente más identificado.

 “No hay una estrategia previamente definida en todos los casos. Siempre será mejor que las divisiones, las diferencias y las tensiones sean resueltas de manera interna entre los que participan, porque si bien son competidores, hay también unas reglas de juego generales, hay unos compromisos de trabajo a futuro y hay una aceptación voluntaria de haber entrado a la coalición”, destaca la analista y docente Patricia Muñoz. Refiriéndose puntualmente al Equipo por Colombia, el analista Prieto considera que el hermetismo y silencio que han guardado sus integrantes en el caso Char se debe a que las acusaciones que se le están realizando vienen de una persona que es considerada una traidora, aunque eso no haga justificable ese silencio.

 “Para la coalición, Merlano es una prófuga y una enemiga política que está siendo protegida por el gobierno de Nicolás Maduro. Entonces alterno a las acusaciones provenientes de Merlano ellos cierran filas, muy distinto sería una persona que estuviera colaborando con la justicia en Colombia, que no fuera necesariamente su enemiga política y principalmente que no estuviera diciendo esto un momento previo a la votación de la consulta”, destacó.

 

La derecha y el centro

 

Colprensa / EL NUEVO DÍA.

 

Frente al mismo caso de la coalición de derecha, la analista Muñoz aseguró que el silencio de los miembros y la no asistencia a los debates de opinión y a entrevistas en medios de comunicación podría reducir su apoyo en la preferencia del voto.

 “Esa actitud de buscar no referirse al tema y guardar silencio lo hacen con el propósito de no tomar partido ante una situación que podría afectar negativamente la coalición en términos de aumentar los niveles de desfavorabilidad, la intención de voto por esa coalición o reducir el voto por Char en la región Caribe que sabemos que es bastante alto”, destacó Muñoz.

 Respecto a la Centro Esperanza, para el analista Prieto el caso es diferente porque sus diferencias han surgido por las posturas que tienen frente a sus propuestas: “Son diferencias lo suficientemente importantes para que sean públicas, pero que no son tan graves para dañar la imagen de ningún candidato. Si acá hubiera habido alguna eventualidad que dañara a alguno de los candidatos ellos también se protegen”. Frente al mismo caso, la analista Muñoz considera que esas discusiones son normales debido a la tensión electoral que actualmente tiene el país y que sienten los candidatos frente en quiénes ven preferente el voto.

“Competir por ganar una candidatura por supuesto que genera dificultades y tensiones que no han podido ser decantadas de manera privada, que luego salen al aire y se genera ese choque. Otra cosa es la manifestación expresa de esa discusión con el ánimo de generar algún clima de opinión o dar conocimiento público de la situación que pueda dar un beneficio a un candidato en particular”, destacó Muñoz. Frente al caso del Pacto Histórico, al analista Prieto aseguró que es importante que la política no sea vista como de equipos o ‘clubs’ en donde la lealtad que tomaron desde un comienzo deba cumplirse por toda la vida. 

“La política se trata de ganar las elecciones y se trata de gobernar cuando hay que hacerlo, para eso hay que hacer concesiones, alianzas, echarse para atrás, pero por esa razón no se convierten en malos políticos, ni en mentirosos. La política se trata de negociar, y en el caso de la fórmula vicepresidencial, como aún no estamos en primera vuelta, ninguno está comprometido a tener esa fórmula”, destacó Prieto.

 Lo más probable es que las controversias internas en las coaliciones continúen aumentando a medida que se acerque la fecha de las consultas. El problema de fondo es si una vez superadas, el ganador de cada coalición continuará contando con el apoyo de los que derrotó en esa contienda.

 

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