“Anclado en una cumbre de imponente cordillera, entornado de un paisaje montañés, donde reposan apacibles casas viejas, te confundes con el cielo en tu altivez”. Así es como comienza el himno de Anzoátegui y esa es su mejor descripción.

Desde el cielo, Anzoátegui parece un camino estrecho surcado de techos que se extiende sobre el filo de una montaña, bordeado de un paisaje blanco cuando la neblina aparece o del verde esmeralda de los cerros vecinos cuando el clima está despejado. De su extensión de 541,00 kilómetros cuadrados tan solo 8,4 kilómetros son de su casco urbano, con una variedad de climas que van desde el paramuno en veredas como La Cascada y Hoyo Frío, hasta lo templado en El Brillante o Santa Rita. Anclado sobre la Cordillera Central de los Andes colombianos, es también la puerta del Parque de los Nevados. Anzoátegui, pequeño y acogedor, en los últimos años se ha ido convirtiendo en una opción de descanso y en referente agroindustrial del centro del Tolima.

Fue el capitán Pedro de Alvarado quien descubrió esas tierras en marzo de 1540. Sin embargo, la colonización antioqueña, encabezada por José María Giraldo, Cirilo García y Jesús María Álzate, le dio un impulso a su historia y formó lo que sería su primera villa. Desde el 16 de junio de 1895 se le dio el nombre de La Palma, luego Briceño y, años después, tomó el definitivo Anzoátegui en honor al prócer de la Independencia José Antonio Anzoátegui.

La designación por parte del gobernador Antonio Rocha Alvira de un alcalde liberal en un pueblo históricamente conservador, en 1932, provocó un descontento que llevó a la conformación de cuadrillas armadas y al inicio de una confrontación bipartidista que duró décadas y cobró la vida de miles de personas en toda la región. A este conflicto le siguió la violencia de mitad de siglo, con una dinámica similar a la del resto de las zonas rurales del país: los pájaros acometen en contra grupos de campesinos, quienes a su vez se armaron para defenderse. Los bandoleros hicieron de este territorio su refugio y área de mayor influencia, por lo que eran reiteradas las incursiones de la fuerza pública.

El 11 de agosto del 2001, unos 300 subversivos de la extinta guerrilla de las Farc se tomaron el pueblo a sangre y fuego, destruyéndolo casi por completo. Dos policías y un menor de 14 años murieron en la incursión; así mismo, ocho civiles resultaron heridos. Esas épocas quedaron guardadas en la memoria colectiva del departamento.

Anzoátegui ha tenido uno de los crecimientos más altos del Tolima. Su PIB municipal aumentó un 58 % en solo cinco años, pasando de $79.000 a $135.080 millones, aunque sigue siendo tan solo el 0,8 % del PIB departamental. Su principal producto es el café, con cerca de cuatro mil hectáreas sembradas, a las que se suman 15 mil de otros productos como aguacate, cacao, caña panelera, gulupa, lulo, plátano, granadilla, entre otros.

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