Lombrices tolimenses

Aprovechando el empuje de los estudiantes de biología de la U.T., y siguiendo los pasos de Darwin, quien en su viaje por el trópico americano se fascinó con las lombrices… el último fin de semana nos fuimos a sembrar 10 kilogramos con las militantes de Manos de Mujer en Coyaima.

Es que desde cuando la Universidad se embarcó en un pacto académico con la organización de Javier Munera -Ceudes - incluimos semestralmente una convivencia con los campesinos, la cual incluye aprendizaje, dormida, comida y muchas actividades que allí aún tienen autenticidad.

Estas  incorporaciones de verdad-verdad con las comunidades indígenas es  una  herencia de Gustavo Vallejo, quien revisó todas las palmas de vino contando la montonera de “pitos” y su relación con personas portadoras del mal de chagas, que soterradamente está acabando con la población  nativa.


Nuestros estudiantes de Biología con mucha confianza, se meten en los patios, duermen en las casas, comparten comida, historias y sabidurías: hemos aprendido mucho acerca del cultivo del cachaco, del manejo de los largos veranos, de la degradación de los ecosistemas, del desplazamiento, sobre huertas caseras, cría de chivos, y siempre salimos profundamente golpeados por el abandono permanente de las comunidades nativas… Con la sensación que producen los cambios climáticos, los incendios, las migraciones y los abandonos.  


La nefasta importación española
Nosotros desde la cátedra universitaria, con terquedad, investigamos las predominancias ambientales que se suceden en los ecosistemas desarrollados entre las cordilleras oriental y central  -desde Honda hasta Neiva- insistiendo para que nuestros estudiantes incorporen a sus conocimientos los indicadores de la degradación desde Tatacoa hasta Chaparral, con la pretensión ecológica de comprender a las grandes  unidades con características similares, historias compartidas, las mismas apatías estatales y muy probablemente el mismo destino desertizado.

Cuando hacemos la travesía las plantas indicadores de desertización nos van mostrando unos registros en la vegetación que son indicadores irreversibles de la formación de nuevos desiertos. Y las historias desde la invasión de los españoles con sus vacas, caballos y todo aquello que les sobraba en España incluyen los deseos de apropiarse de nuestro territorio, nuestro oro, nuestros genes, o en su defecto, aplastarlo.


AMBIENTALISMO EN LA COYAIMA INDIANA

Pero nuestra ambición ambiental va un poco más allá: queremos apropiarnos de la ecología tolimense para impedir el avance de la degradación: por ello indagamos sobre el mercadeo y el cultivo del cachaco como una forma de esclavitud, el abandono como expresión política, las huertas caseras, los abonos orgánicos, las artesanías, los animales  domésticos, y en esta oportunidad,  intentamos meterle cría de lombrices a todas las fincas.

En Ibagué vive el mejor cultivador de lombrices del mundo, por ello le hemos pedido una breve exaltación a estos preciosos animales. Y seguiremos publicando la experiencia en Coyaima.

Credito
EL NUEVO DÍA

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