Dentro de las siete que se consideran en peligro crítico dos, la Espeletia paipana y la Espeletia oswaldiana, viven solo en páramos de Boyacá.
Las otras pertenecen al páramo de Almorzadero, a la hoya del río Chitagá, al cerro de Oroqué y a la Serranía del Perijá.
Así se concluyó en un estudio elaborado por Gloria Galeano, Néstor García y Eduardo Calderón del Grupo de Investigación de Palmas Silvestres Neotropicales, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la U.N.
Para los investigadores, el panorama de los frailejones amenazados es un reflejo de la situación de deterioro en la que se encuentran los páramos del país, a pesar de que, con cerca de 14 mil 500 hectáreas, Colombia es considerado el más rico en este tipo de ecosistemas en el mundo.
Sin embargo, hechos como las quemas, la urbanización y la ampliación de la frontera agropecuaria se han convertido en la principal fuente de amenaza de estos hábitats en el país.
Pero de acuerdo con la profesora Gloria Galeano, los datos en cuanto al cambio climático global muestran que en algunas regiones de páramo en Colombia, ha habido cambios importantes en la temperatura del aire y en los niveles de precipitación.
Para algunos páramos de la Cordillera Oriental se tienen cifras de aumento de temperatura de cerca de 1 °C por década, en promedio durante los últimos 30 años.
Así, los expertos aseguran que si las tendencias actuales de temperatura continúan durante los próximos 50 años, esto podría acarrear una reducción significativa de las áreas de páramo.
Es importante tener en cuenta que después de Venezuela, Colombia es el país con mayor representatividad de frailejones. “Esta situación implica una responsabilidad especial con respecto a su conservación in situ”, afirma la investigadora Galeano.
Los frailejones albergan una variada fauna de artrópodos que se alimentan de las hojas muertas y vivas de la roseta. En los páramos de los alrededores de Bogotá se han encontrado más de 80 especies de artrópodos que desarrollan su ciclo de vida debajo de las hojas.
También son importantes para algunas aves de montaña como el Carduelis spinescens, conocido como lugano, pues se alimenta de sus semillas.
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