¿Qué tan tolerante eres?

No todas las personas tienen las mismas capacidades, las mismas posibilidades económicas, ni el mismo pensamiento. La diferencia es lo que nos hace personas únicas y debemos aprender a aceptar y respetar el otro tal y como es.

La tolerancia es uno de los principios básicos para vivir en sociedad.

Aprender a reconocer la diferencia en los otros es un factor clave para una convivencia armónica y sana.

Se puede definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona.

“Es fundamental realizar un proceso con los niños desde sus primeros años de vida. En los colegios se debe apoyar el desarrollo social, fomentar el respeto por la diferencia y no dar espacio a interpretaciones erróneas desde la estructura socio-económica que puede ser una de las más complejas para que el niño o el joven entienda”, aseguró Luzmar Quintero Delgado, psicóloga del colegio San Pedro Claver.

“Ser tolerante es básicamente una capacidad de adaptación, en mayor medida a todo lo que se presenta fuera de sí mismo, pero en ciertas ocasiones exige serlo también hacia adentro, pues no todas las personas tienen el mismo grado de tolerancia”, aseguró el médico psiquiatra Henry García.

Ser tolerante no implica dejar de defender nuestros propios pensamientos y creencias, ni que vamos a aceptar que pasen cosas con las cuales no estamos de acuerdo frente a nuestros ojos y no hagamos nada al respecto.

Existen muchas personas que creen que tolerar es aguantar a las demás personas, pero en realidad la tolerancia implica el respeto, la comprensión y la adaptación hacia los demás. En principio ser tolerante es una capacidad de adaptación, generalmente ante todo lo que se presenta fuera de ti mismo (otras personas, situaciones, eventos etc).

Cinco trucos para aceptar las diferencias

Si durante el día te ves enfrentado a una discusión que normalmente te saca de casillas y te llena de ira y de enojo, sigue estos cinco pasos:

1. Respira y cuenta hasta 10 mientras escuchas: si ves que lo que estás escuchando de otra persona tiene un punto de vista diferente al tuyo y sientes molestia por aquello que esa persona está diciendo, respira profundamente y cuenta hasta 10.

2 . Yo soy yo y tú eres tú: una vez estés respirando sé consciente que cada quien tiene derecho a pensar y a expresar lo que quiera (de la misma forma que tú) y que a pesar de no estar de acuerdo entiendes su punto de vista.

3 . No lo tomes personal: ten en cuenta que lo que la otra persona está expresando lo hace porque así lo cree y en ti está tomártelo personal o no, te aconsejo que simplemente escuches y no te tomes personalmente lo que están diciendo, pues sólo lograrás sentir ira y rabia.

4. Ten una mente abierta a todo: cada quien tiene su realidad y no siempre puedes tener la razón, trata de no ponerte a la defensiva ni prejuzgar a la otra persona.

5. Conoce otras culturas: lee o visita y conoce sobre otras culturas, esto ampliará tu horizonte y empezarás a conocer y entender creencias, costumbres, vestimentas y otros factores diferentes a los tuyos.

¿Cómo ser tolerante?

1 Piensa por qué te has estado juzgando a los demás en el pasado. ¿Fuiste criado con la idea de que ciertas personas son inferiores a ti? ¿Has tenido malas experiencias? Trata de diagnosticar la causa que te hace sentir de cierta manera acerca de ciertos grupos de personas.

2 Ten en cuenta que esas personas a las que rechazas son seres humanos. Son seres humanos como tú y como yo. Todos deseamos ser aceptados por quienes somos. Todos tenemos el derecho a ser quienes somos y como somos, sin que nadie nos moleste por eso.

3 Date cuenta que ya hay demasiada gente intolerante en el mundo. Hay mucha gente que es rechazada por pertenecer a un cierto grupo. Hay personas que son rechazadas por ser homosexuales otras personas son rechazadas por pertenecer a cierta religión, etc. Si tú eres intolerante, te estarías agregando a la lista de personas que rechazan a los que son diferentes a ellos.

4 Sé parte de la solución. Ama a las demás personas por lo que son, sin pensar que no son como tú quisieras que fueran. Haz que los demás se sientan bien al estar contigo. De esta manera ganarás muchos amigos y te ganarás el respeto de los demás.

5 Defiende a los demás. No participes en chistes contra judíos, negros, etc. Recuerda que ahora estás tratando de ser una persona tolerante.

La voz del experto 

Dr. Henry García Médico psiquiatra

El aprendizaje de la tolerancia es el camino hacia la convivencia. Saber convivir es saber respetarnos. No es fácil, ya que para ser tolerantes debemos acallar el egoísmo y el orgullo. Pero es mediante el ejercicio diario de la tolerancia como logramos construir la hermandad y derribar los muros del odio y la injusticia.

Hay quienes creen que tolerar es aguantar. Pero en realidad se trata de un principio de vida que bastante falta nos hace, y que equivale a respeto, comprensión y adaptación hacia los demás.

Ser tolerante es básicamente una capacidad de adaptación, en mayor medida a todo lo que se presenta fuera de sí mismo, pero en ciertas ocasiones exige serlo también hacia adentro, pues no todas las personas tienen el mismo grado de tolerancia. Se es intolerante cuando se siente que otros invaden el espacio, pero en el sentido de que lo que hacen o dicen toca las fibras del dolor; pero es precisamente cuando los episodios de dolor son repetitivos, que se requiere urgentemente hacer de la tolerancia un principio fundamental y cultural.

La tolerancia exige comprensión, capacidad de entendimiento y flexibilidad. No cierres la puerta frente a los conflictos de los demás. Esto no implica que seas tú el que le resuelva sus vidas, pero tampoco te comportes con implacable indiferencia. Escuchar es el mejor ejercicio, aún frente a los temas que crees que no puedes tolerar y en los que sientes que nadie te puede cambiar de opinión.

El tolerante siempre busca soluciones y se adapta a los cambios. En lugar de ahondar en el problema, toma un tiempo prudente para pensar en las salidas. No todas las situaciones lo permiten, pero hacerlo facilita las cosas para ambas partes.

Credito
REDACCIÓN JÓVENES

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