Alfonso Hernández, experto en finanzas personales, asegura que no hay nada escrito sobre piedra en el tema.
“La idea es que los porcentajes que funcionan para usted pueden ser inútiles para alguien más. Para encontrar los que tienen sentido para su situación particular debe dar un paso atrás y ver desde una perspectiva más amplia. Debe pensar en más que simplemente ¿cómo distribuyo mi dinero? Sus finanzas deben estar en concordancia con el resto de su vida”, dice.
Agrega que efectivamente, una persona que está en su primer empleo, y se acaba de graduar de la Universidad, no tiene hijos y quiere iniciar un negocio, ve la vida de forma muy diferente que alguien que tiene una familia con tres hijos y está buscando un ascenso en su empleo.
Las cosas que valora cada persona son diferentes. La importancia que recibe cada valor con respecto a otros valores es diferente y, por ende, las metas que establece cada uno también lo son.
“Por esto es crucial que antes de pensar en porcentajes para su presupuesto, primero tenga claras las metas a corto y mediano plazos, porque de ellas se derivan las cosas en las que va a gastar e invertir sus recursos, incluyendo obviamente, su dinero”, indica.
Sin embargo, a continuación presentamos algunas sugerencias, suponiendo que usted es un profesional empleado, con ingresos mensuales de dos millones de pesos, sin hijos, para que reparta de forma adecuada su presupuesto.
Así serían los gastos
De acuerdo con los especialistas en la materia, no hay un plan establecido para todos sus gastos. Sin embargo, como advierten, no hay que abusar y se debe ahorrar para tener una adecuada salud financiera. Así las cosas, de acuerdo con el ejemplo antes mencionado, estos serían los porcentajes a tener en cuenta en todos sus gastos familiares mensuales:
Salario: $2’000.000.
Para vivienda: $600.000.
Para ahorrar: $200.000.
Fondo de emergencias: $200.000
Alimentación: $600.000.
Le restan $400.000, que debe dividirlos entre transportes, servicios, pagar deudas, y si le alcanza, algo de diversión.
Para vivienda
El arriendo o el pago de la cuota se constituye en un punto muy importante dentro de la planeación de las finanzas. Los expertos coinciden en que ese gasto - inversión, no debería superar el 30 por ciento de sus ingresos brutos.
Es decir, si usted vive solo, este rubro no debería superar los 600 mil pesos, teniendo como base ingresos de dos millones. Incluso, dice Orlando Serrano, asesor bancario para créditos hipotecarios, que las entidades financieras consideran “riesgoso” que las cuotas por préstamos de vivienda superen ese porcentaje del salario.
Eso sí, aclara, en el caso de una pareja, el 30 por ciento se toma la suma de los dos ingresos.
Para ahorrar
Este monto depende de sus metas y capacidades, pero muchos coinciden en que el porcentaje debe estar entre el 10 y el 20 por ciento.
En este caso, con la base de dos millones de pesos, lo ideal sería entre 200 mil y 400 mil pesos.
Sin embargo, explica Hernández, el problema con todas las normas de oro del ahorro es que la situación financiera de cada uno es diferente. En un mundo perfecto, la regla del 10 por ciento de todos los ingresos podría estar bien, pero en la realidad se da la circunstancia de que para algunos ese ahorro no servirá para financiar sus objetivos a largo plazo, mientras que para otras ese monto no es ni remotamente posible dada la montaña de gastos o deudas que deben afrontar.
Fondo de emergencia
Este rubro es un colchón financiero para imprevistos. Se recomienda que al menos tenga lo suficiente como para cubrir seis meses de gastos en dicho fondo. Recuerde que el fondo de emergencias debe ser de fácil acceso y de alta liquidez, es decir en efectivo o fácilmente convertible en efectivo.
Se recomienda que sea también entre el 10 y el 15 por ciento del total de los ingresos. Es decir, según el ejemplo, serían de 200 mil a 300 mil pesos al mes, que al año supondría dos millones 400 mil. Este fondo no debería ser tocado, por ejemplo, a final de año, para vacaciones.
Alimentación y hogar
Sobre esto no hay una premisa exacta, pero según una investigación efectuada en 2012 por la firma Raddar, en Colombia los hogares destinan 32 por ciento del gasto a comida y solo 4.9 a educación.
La investigación evidencia que el gasto en alimentos pesa más que otros rubros como salud, vestuario y calzado, educación, cultura, vivienda, transporte o comunicaciones.
Sin embargo, Sara Sanclemente, una mujer de 52 años que trabaja como auxiliar de enfermería y vive con su hija de 22 y su nieta de tres años, dice que el porcentaje para pagar servicios, colegio y comida, es el que alcance.
“Aunque podemos ahorrar energía o agua, las facturas llegan y hay que pagarlas; y toca comer, no podemos morirnos de hambre”, señala.
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