Galeano y Arroyave, dos jóvenes marcados por el narcotráfico

En menos de una semana la Policía capturó a dos hombres señalados de pertenecer a la llamada tercera generación del narcotráfico.

Jhon Jairo Galeano y Andrés Fernando Arroyave no solo tienen en común su edad, 24 años. También coinciden en que fueron capturados por la Policía, considerados como los cabecillas de dos de las más grandes empresas criminales dedicadas al narcotráfico. Los dos, además, se aliaron con los carteles mexicanos, con las bandas criminales y con la guerrilla para el tráfico de cocaína.

Arroyave es conocido en el bajo mundo como ‘Máquina’ e inició su carrera en el narcotráfico apadrinado por carteles de México, país al que llegó huyendo de los enemigos de su padre, José Arley Arroyave, asesinado durante la cabalgata de inauguración en la Feria de las Flores de Medellín en 2010.


El crimen se le atribuyó a la organización de ‘Los Comba’, de los hermanos Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna, para los que trabajaba, por lo que el caso se consideró como un ajuste de cuentas.

‘Máquina’, como ya se dijo, salió hacia México. “Desde allí vio que algunos de los antiguos enemigos de su padre fueron capturados y extraditados, como ‘Chocolate’, ‘Juanes’ y ‘Pacho Garra’, entre otros. Aprovechó ese momento para regresar al país y formó una alianza con ‘Los Urabeños’, de los hermanos Úsuga”, dijo una alta fuente de la Policía.

Tras esa coalición reunió a unos 300 hombres, cuya injerencia estaba en Antioquia, Valle del Cauca y Atlántico y empezó a hacer incursiones en el Eje Cafetero. La idea de Arroyave era recuperar el terreno que perdió su clan tras el crimen de su padre y que fue tomado por ‘Los Comba’.


Según la misma fuente, ‘Máquina’ era el enlace entre ‘Los Urabeños’ y ‘Martín Bala’ en el Valle del Cauca.


Luego de sellar este pacto, su propósito era fortalecer la llamada ‘Oficina de Envigado’, con la colaboración de alias ‘Mi Sangre’.


Sus empresas
Arroyave fue detenido en una de sus propiedades de Cundinamarca. Se trata de una finca en el municipio de Tibacuy, lujosa por demás, en la que abundaban las armas, los equipos de comunicación y documentos que dan cuenta de sus movimientos financieros, los cuales estaban cercanos al millón de dólares en el último mes.

Los extractos bancarios estaban en el interior de una agenda que tenía incrustaciones de oro. La mayoría de esos movimientos están relacionados con una empresa de comunicaciones llamada Sistema Operativo de Comunicaciones Móviles SAS, cuyo objeto social, conforme reza en su certificado de la Cámara de Comercio de Medellín, es “compra y venta de aparatos telefónicos y reparación de los mismos”.


Para las autoridades, desde esta empresa fachada habrían salido los teléfonos y los radios de comunicación que les eran entregados a los integrantes de ‘Los Urabeños’, entre ellos a los hermanos Dairo Antonio y Juan de Dios Úsuga, este último abatido en enero primero de este año.


“Esta captura es sin duda un golpe con el que se afecta a la llamada tercera generación del narcotráfico en Colombia, de lo que se deduce que desde muy jóvenes han ingresado al mundo criminal, producto de que sus padres o familiares han estado en ese mundo”, precisó el general José Roberto León Riaño, subdirector de la Policía.


‘Jhonga’, el heredero
Galeano, a quien conocían con el alias de ‘Jhonga’, fue capturado en Bogotá, mientras conducía un BMW de alta gama por un exclusivo sector de la capital de la República. Estaba en plan de fuga, junto con su novia, luego de enterarse de que 35 integrantes de la organización de la que hacía parte y en la que coordinaba la operación mafiosa fueron detenidos tras una redada en nueve ciudades del país.

“Al interior del carro”, dice la investigación adelantada por la Dijín “llevaba la caja fuerte que, literalmente, arrancó de su apartamento en Bogotá y en cuyo interior estaban 25 millones de pesos, cinco mil dólares en efectivo y 35 relojes de lujosas marcas”.


‘Jhonga’ llegó a ser el principal operador de todo el envío de cocaína hacia Centroamérica y los Estados Unidos, por encargo de su padre, Cristóbal Galeano, alias ‘Don Cristo’, actual prófugo de la justicia y quien se hizo a cargo del negocio tras heredarlo del extraditado Carlos Lehder.


Según información de inteligencia compartida entre la DEA y autoridades colombianas, ‘Jhonga’ creó un corredor estratégico para llevar cocaína hacia Venezuela y desde ahí enviarla a Honduras, cuyo destino final era el cartel de Sinaloa y su principal cabecilla, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.


“Era el jefe articulador de esta organización, responsable del aparato financiero y de la operación aeronáutica que da cuenta de al menos un vuelo semanal al exterior en los últimos años”, precisó el general Óscar Naranjo, director de la Policía.


Los vuelos
El resto de las capturas de los Galeano se hicieron efectivas en Arauca, Medellín, Urabá, Manizales, Ibagué, Florencia, Villavicencio y Bucaramanga. Lugares en los que este emporio del narcotráfico tenía una parte del negocio dedicado a enviar la coca a los Estados Unidos. Se calcula que, en promedio, cada semana era transportada una tonelada del alcaloide.

Las pistas clandestinas estaban en los Llanos Orientales desde donde despegaban aviones Súper King 200, Turbo-Comander y Navajo, cuyos pilotos eran contactados por un sujeto identificado como Mario Fernando Gómez, quien lideraba el reclutamiento, entrenamiento y administración de la flota aérea.


Según Naranjo, este clan se habría válido de colaboración por parte de controladores aéreos para que sus vuelos llegaran a buen término. “Una segunda fase de esta operación estará concentrada en desarticular a los facilitadores de esta estructura mafiosa. Nos referimos, puntualmente, a exfuncionarios y funcionarios de migración, así como de operadores aéreos”, indicó el alto oficial.


Ahora, tras su captura de ambos sujetos tendrán otra coincidencia más en sus cortas vidas: la de la extradición a Estados Unidos, donde deberán responder a la Corte de ese país por delitos relacionados con el narcotráfico.


“FALTA DE VALORES”: LEÓN RIAÑO
Unas de las razones por las cuales los jóvenes ingresan al mundo del narcotráfico, según el subdirector de la Policía, general José Roberto León Riaño, son la falta de valores y el deterioro de los principios. “Un muchacho de estos que permanentemente ve a su padre contando dinero, andando en buenos vehículos, habitando buenas casas y con mujeres hermosas, ese es el aprendizaje que él tiene y cree que esa es la vida”, explicó el oficial.

Agrega León Riaño que a partir de entonces se le queda el aprendizaje negativo. “Por eso hay que fortalecer los principios y valores de la juventud, luchar porque el esfuerzo la disciplina y el trabajo conducen al éxito”, puntualizó.

Credito
COLPRENSA

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