Lara y Acosta, 25 años de puro sentimiento colombiano

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Los integrantes de este dueto espinaluno, aunque reconocen la falta de apoyo hacia la música autóctona, la que ellos y otros importantes exponentes llevan al mundo, sienten que no todo está perdido.

De las voces y los instrumentos de Rafael Enrique Lara y Jairo Alfonso Acosta, en los más recientes 25 años de la historia, ha emanado ese sentimiento particular que puede generar la música andina colombiana, llevándola a Colombia y el resto del mundo.

Esfuerzo, respeto, amor y constancia, el continuo tocar de puertas y esa férrea defensa de lo nuestro, han llevado al dueto Lara y Acosta, creado en Espinal el 6 de noviembre de 1987, a ese honroso lugar que ocupan en el corazón de muchos en Colombia y el resto del mundo.

Fruto de ese trabajo arduo, junto con su actual bajista Benny Murillo, son los cinco discos compactos grabados en los últimos 16 años, cuatro de ellos logrados de sus propios recursos y uno conmemorativo con Codiscos, las giras y las ganas de no detener su camino.

Comienza la historia

En una noche de bohemia tuvo inicio, aquel 6 de noviembre, la unión musical entre Rafael y Jairo, dos amantes de los aires andinos que venían de mundos diferentes y que identificaron por igual sus ganas por comenzar a labrar este glorioso camino.

Dicho andar empezó cantando para divertir a los amigos, o dedicando serenatas a esos corazones que encontraban y les inspiraban entonar un pasillo, un vals o una guabina, aires que desde entonces han venido profesando con pasión y orgullo.

Luego llegaron los concursos, esos que le han sumado penas y alegrías y por los que sus nombres adquirieron mucha más fuerza: el Suramericana de 1987, en que ocuparon el tercer lugar, y el del año siguiente, que ganaron.

De ahí pasaron al festival ‘Mono Núñez’, en Ginebra, Valle del Cauca, en que ocuparon el tercer lugar en 1993 y 1988; sin embargo, eso no los opacó y continuaron su labor musical, andando un camino que no ha sido todo de rosas.

“Supimos que había que dejar ese trabajo en unas grabaciones y empezamos a hacer los discos compactos con las canciones que la gente conoce”, relata Rafael: en ese momento inició la búsqueda de una disquera generosa que les apoyara.

Sin embargo, reconoce Jairo, en esa época ya se hablaba del cierre de dichas empresas a grabar un trabajo autóctono, pues “la música colombiana es de las inmensas minorías y las disqueras decían que no se vendía”.

Por esta razón, y buscando que la música colombiana no se quedara en los recién fallecidos Darío Garzón y Eduardo Collazos, ambos decidieron juntar recursos propios y sacar a la luz en 1999 su primer disco, ‘Sentimiento colombiano’, grabado en S.V.G., la disquera del maestro Rodrigo Silva Ramos.

“No nos fue tan mal ni tan bien, pero nos dio un punto de equilibro que nos animó a seguir”, explica Jairo, y añade que tras ello vino el Séptimo Concurso Nacional de Duetos ‘Príncipes de la Canción’, en 2001, del que salieron victoriosos.

Como la finalidad de este concurso, promovido por la Fundación Musical de Colombia, es producir un compacto de los ganadores de cada año, vino en 2002 ‘Clásicos del Tolima Grande’, que, admite Jairo, es uno de los de mayor éxito de este concurso.

“Luego tuvimos un bache de tiempo (inactivos) pues vimos que el primer disco se empezó a vender más luego (de varios años), contrario a lo que ocurre con el pan caliente”, añade entre risas.

Siguió el tercer producto, ‘De aquí no me voy’, en 2004, grabado con el primer organista colombiano, maestro Jaime Llano González, que “a la gente ha gustado”, porque, según pregona este clásico de Luis Fernando Montoya, “la gente se va de Colombia creyendo que afuera de vive mejor”.

El siguiente trabajo fue un homenaje a Silva Ramos, denominado ‘¿Quién me tumbó mi casa?’ (2008), que hace honor a una protesta compuesta por el célebre huilense al ver que le fue derribado su antiguo hogar, que él quería convertir en patrimonio.

Nuevos vientos soplan

Y el esfuerzo independiente se compensa. Llegó este año el apoyo de Codiscos, producto de vínculos de antaño con maestros como Llano González, Beatriz Arellano y Víctor Hugo Ayala. Un convenio que en el pasado no se pudo concretar, este año sí dio frutos.

Esta disquera les acogió, tal como lo dice Jairo, porque “ha querido la música colombiana y nos invitó a hacer una reinversión en eso, por lo que tenemos un contrato por tres años para producir la mayor cantidad de discos”.

Dicho trabajo se denomina ’25 años cantándole a Colombia’, fue grabado entre mayo y junio y producido por Álvaro Picón, quien, admiten, tenía entusiasmo de promover un dueto. “Hemos querido dejar que el disco ande solo, para ver en qué estamos”, indica Jairo.

Tras haber grabado este disco, Rafael adelanta que vendrán otros más. Si este vino con ‘refritos' que se han quedado en el corazón de los colombianos, como comenta Jairo de manera jocosa, los siguientes podrían incluir composiciones inéditas de ambos.

Y sobre sus metas a diversos plazos, Jairo deja claro que primero, está “seguir tratando de interpretar el sentimiento de los colombianos que gustan de la música andina. Tenemos una responsabilidad con toda Colombia y vemos que esta música sí gusta.

“La música colombiana es una moda, al igual que la minifalda, ha tenido 50 modas y pasa y reaparece; esperamos que tengamos esta fortuna con la música”, añade.

Asegura, también, que a futuro cercano y lejano está “tratar de retomar el nombre de la música de Colombia con el mayor esfuerzo y la mayor responsabilidad y hacerla ocupar en el corazón de los colombianos el lugar que necesita y que nunca debió perder”.

Entre los triunfos de Lara y Acosta también se cuentan haber sido finalistas en el Concurso de Duetos Armenia (1995) y en el Concurso Nacional de Duetos (1995), al igual que ser ganadores del Concurso Nacional Villa de las Palmas (1992).

En total, 80 canciones ha grabado Lara y Acosta en sus cinco producciones discográficas. Son obras de Jorge Villamil, Adolfo 'El Pote' Lara, Pedro J. Ramos, Rodrigo Silva, José Faxir Sánchez, Jaime Echavarría, Rafael Godoy, Héctor Ochoa, Luis Fernando Montoya, Arnulfo Briceño, Efraín Orozco, José A. Morales, Luis A. Liz, Miguel Ospina, Jhon Jairo Torres y Cantalicio Rojas, entre otros.

"Uno no puede ganar un concurso y creerse que es el mejor"

EL NUEVO DÍA: ¿Cuál es el fuerte del dueto?

RAFAEL LARA: La versatilidad. Es interesante interpretar caña, guabina anticompasada, bambucos, sanjuaneros y pasillos, entre otros. También, que hemos siempre defendido la causa de Colombia a Espinal, Icononzo, Purificación, Chaparral y el Tolima.Además está la oportunidad de viajar al exterior, donde hemos tenido reconocimiento. Sin embargo, no hay mejor país que este.

END: ¿Qué es interpretar para Lara y Acosta?

JAIRO ACOSTA: Es casi que el compositor nos da la oportunidad de poner a una canción los sentimientos y la dinámica que él tiene al momento de hacerla y por eso es interesante conocerlos, porque cuando hacen la canción tienen una intención y cuando van tomando vuelo hay que ir agregándole unas cosas, por eso lo bueno es que las obras tengan varias versiones.

END: ¿Cómo es la complicidad con esos otros duetos que hoy aún existen?

RL: Somos muy amigos de todos, los queremos, apoyamos y respetamos. En ese sentido tenemos una excelente armonía. Quisiéramos que todos los duetos del Tolima hiciéramos una gran jornada musical para pedir que esta música nunca se acabe.
Entre los artistas existen muchos celos que no permiten un acercamiento, pero en nuestro caso, así como los respetamos nos respetan. Es muy importante eso entre todos los artistas. ¿Pensar que yo soy mejor? No, cada dueto tiene su identidad.Aquí se trata de una competencia sana, de una asociación para que la música colombiana siga vigente. No hemos tenido ese inconveniente, porque ni se hace necesario ni existen condiciones para que esto sea así.

END: ¿Son necesarios los concursos?

JA: Sí. En el hecho de mostrar un trabajo puntual. En 2001 la gente creyó que al ser elegidos Príncipes de la Canción, era ser el mejor dueto de Colombia. Uno no puede ganar un concurso y creer de una vez que es el mejor. Hay que seguir trabajando.

END: ¿Qué otros duetos ven como buenos embajadores?

JA: En el país hay muchos muy buenos, como en Santander y Antioquia. En el Tolima hay uno en Espinal que está en buen momento y ha ganado concursos en el país. Eso reconforta, porque está Silva y Villalba, pero ambos (Rodrigo Silva y Álvaro Villalba) están un poco delicados, aunque, gracias a Dios, Silva aún conserva su capacidad de interpretación.También está Fernando y José, de Lérida, con muy buena presencia escénica e interpretación, pero les falta recorrido, que es la maduración del dueto y trabajar: se hace camino al andar. Ese dueto me encanta, porque padre e hijo lo hacen muy bien.

END: ¿Falta algo más para el apoyo de la música colombiana?

RL: Todos los géneros musicales son válidos. Lo que no se puede es perder la identidad, que es lo que reclamamos. Nos gustaría ver a los gobernantes y las casas de la cultura empujando la música colombiana y no escondiéndola, contratando artistas de aquí. Nos gustaría ver a los docentes incentivando a los niños la música colombiana, porque tenemos que darles a conocer su identidad y sus raíces, entre ellas los géneros musicales, porque ellos están pensando en todos los géneros menos en el nuestro.

END: ¿Cómo ven al Gobierno actual de la región?

JA: En el caso del Gobernador, se ve interesado en la música colombiana y seguro va a buscar el apoyo, aunque falta más, y en los alcaldes, de igual manera, pero la música colombiana también son las danzas y expresiones artísticas y folclóricas.Toda la expresión artística que tenga este país hay que reconocerla y no es fácil, pero tenemos que preocuparnos de que esa cultura sea identidad propia, y no estar en el futuro bailando reguetón, cuando podemos bailar sanjuaneros y rajaleñas.

END: ¿Se está dejando ese semillero para los intérpretes del mañana?

RL: Con tristeza veo que en las casas de cultura se han recuperado las bandas departamentales, pero no el género tradicional colombiano. Lo veo rezagado, inclusive puede haber muchachos que quieren tocar el tiple o la guitarra pero integrarse a tocar, por ejemplo, un bambuco, lo veo rezagado y me entristece.Pido a los medios, los docentes y los padres de familia que se interesen por esto, porque van a pasar los días y seguro se extrañará aquello que tuvimos algún día.

END: ¿Viene algún concurso?

JA: No. Consideramos que es una etapa ya pasada y hay que respetar las nuevas generaciones. Ya vamos pero como invitados especiales, por ejemplo, a Floridablanca, Santander, al Concurso de Duetos Hermanos Martínez, y nos va a reconocer el Concejo de esa ciudad este sábado.
En Santander, con el respeto de nuestros gobernantes, la música andina se cultiva en los niños. Hemos sido jurados allá y se nota la diferencia en sus fiestas, con base en su música y sus tradiciones. Hay reguetón, pero no es el invitado especial.

Entre perfiles

*Rafael Enrique Lara García nació en Purificación, hace 53 años. Es nieto de Adolfo ‘El Pote’ Lara, otro de los más insignes compositores e intérpretes del Tolima, y creció en una familia con mucha más tradición musical.

Llegó a Espinal en 1981 y años después conoció a Jairo Acosta. Con quien conformó el dueto. Es Administrador Público y en la actualidad trabaja como administrativo en el Itfip, y como docente en la Universidad Cooperativa, en Espinal.

“Todo el tiempo de mi vida he estado rodeado de tiples, guitarras, bandolas, violines y bajos, lo que hizo despertar en mí el amor por la música nacional; a los 13 años ya tocaba el tiple. A los 18 tuve un dueto con Audiel Cobaleda, segunda voz de Sueño colombiano.

*Jairo Alfonso Acosta Murcia nació en Icononzo, según lo admite, de una familia sin tradición musical, “soy músico empírico y he trabajado toda mi vida con glorias como Arnulfo Briceño, Rodolfo Celis y Jaime Llano González, quienes me han enseñado todo.

“No he asistido a un conservatorio: no lo he podido lograr por falta de tiempo y recursos, pero Dios compensa las cosas muy bien y he podido aprender de los maestros directamente”, añade.

Credito
HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ-REDACCIÓN CULTURAL EL NUEVO DÍA

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