El presidente de la República, Juan Manuel Santos, a su vez calificó como “mentirosas” dichas afirmaciones. En el medio, el viceministro de Defensa, Jorge Enrique Bedoya, confirmó los datos de Rangel, pero señalando que no es cierto que la inseguridad haya aumentado, pues el crecimiento lo explica el aumento del número de denuncias, así como el desplazamiento de fenómenos delictivos.
Colprensa habló con el viceministro Bedoya respecto a los índices de seguridad del último año y la realidad detrás del aumento de casos de personas extorsionadas en el país.
El Gobierno dijo que Colombia era ahora un país más seguro ¿en qué se basó para asegurarlo?
Es una realidad que en el país las mejorías son muy notorias, tenemos las mejores cifras en décadas en delitos como el homicidio, que fue la más baja en 34 años; o en secuestro extorsivo, la mejor en 12 años; piratería terrestre; hurtos; crímenes contra miembros de las Fuerzas Armadas, que bajó de 50 a 17 casos en un mismo periodo en tan solo un año.
Todo esto es posible decirlo, porque en 2009 y 2011 la realidad era muy distinta y desde entonces se dio inicio a estrategias como ‘Espada de honor’, que han sido efectivas por los resultados que tenemos hoy comparado con los de años atrás.
¿Cómo ha sido la evolución en cifras?
Para 2013, por ejemplo, se presentaron 15 mil 419 casos de homicidio, cifra que se redujo en 2014 a 13 mil 528 y que sigue en descenso, ya que en los primeros dos meses del año ya registramos la tasa más baja de un primer bimestre en los últimos 13 años.
Lo mismo ha sucedido con otros delitos como el hurto a residencias, que pasó de tres mil 606 casos entre enero y febrero de 2014 a tres mil 154 en 2015; lo mismo con los homicidios colectivos, que disminuyeron en un 33.3 por ciento y, algo muy importante, el terrorismo disminuyó un 6.4 por ciento: pasó de 132 casos en el primer bimestre del año anterior a 47 en este año.
Pero usted reconoció que es cierto lo que ha dicho el Centro Democrático respecto a la extorsión, ¿qué sucede, entonces?
Uno puede mirar las cifras de la manera que quiera y esa puede ser tendenciosa. La realidad es que los resultados que se han dado en la lucha contra las Farc, el ELN y las bandas criminales, al haber neutralizado 55 cabecillas de las Farc, 19 del ELN y habiéndose propiciado toda la reducción en sus estructuras entre desmovilizados y capturados, se les ha generado una necesidad de reacomodarse.
Además hemos casi cercenado su capacidad económica en cuanto al narcotráfico, ya que en 2010 se incautaba el 44% de la producción de cocaína en Colombia, hoy se está incautando más del 60%, lo que significa más de cinco mil millones de dólares que año a año se les quita a estas organizaciones, por lo que, para mantenerse, buscan otras alternativas de financiación, como la extorsión.
Entonces, sí aumentó…
Sí, pero no en los niveles que ha dicho la oposición. Cuando la gente plantea que la extorsión se disparó, no es cierto. La razón es que si en el 2005 o 2004 se iba a La Guajira, Cesar o Magdalena, este fenómeno era un asunto generalizado, había paramilitares que cobraban por cualquier negocio pequeño en cada cuadra, entonces ¿cuál era la diferencia de ese momento a hoy? La institucionalidad, la confianza en las instituciones y las estrategias que les facilitan a las personas el acceso a la denuncia, porque hay confianza en la Policía y en el Ejército y si se abre esa capacidad institucional para captar la información, pues obviamente en cifras se va a ver un aumento. La pregunta para los críticos es entonces: ¿qué es mejor, haberse mantenido sin saber cómo es el fenómeno, o avanzar cada vez más en el conocimiento del fenómeno?
¿Según eso las que aumentaron fueron las denuncias de extorsión?
Es un tema combinado, esto no quiere decir que la extorsión se vea aumentada por las denuncias únicamente, sí es un factor, sino que también es cierto que los debilitamientos a las finanzas de estructuras criminales que se nutrían del narcotráfico los ha obligado a buscarse otra fuente de ingresos, por eso este fenómeno creció en el país.
¿Qué se está haciendo para combatirlo?
Primero, tenemos 58 gaulas militares y de Policía, el año pasado se crearon seis y este año estamos creando tres más, e incluso estamos en la construcción de gaulas cibernéticos y otros protocolos de atención, para que la ciudadanía no tenga miedo de denunciar y se sienta segura, porque una persona lo que necesita cuando está siendo extorsionada es sentirse acompañada y obviamente que se capture a quien le está extorsionando.
Segundo, estamos trabajando en el tema de la extinción del derecho de dominio sobre todos los bienes que puedan ser obtenidos con el dinero de la extorsión, en eso se trabaja con el Minjusticia y la Fiscalía.
Tercero, trabajo profundo en las cárceles, porque gran parte de las extorsiones del país se realizan desde las penitenciarías; allí intentamos inhibiciones de señales, acuerdos con las compañías telefónicas que permitan neutralizar al interior de las cárceles. Cuarto, arreglos normativos; estamos buscando con el Congreso que la extorsión deje de ser un delito contra el patrimonio económico y se convierta en un delito contra la autonomía personal, porque eso tiene consecuencias penales más grandes y da más herramientas para erradicar rápido este fenómeno.
Desmovilizados
Otro fenómeno que viene en aumento es la minería criminal ¿por qué?
Igual que la extorsión, la minería criminal se convirtió en una alternativa financiera para los delincuentes y ¿qué es lo que pasa con ésta? Que el oro no es ilegal, a diferencia de la cocaína y que un kilo de oro está entre los 90 y 100 millones de pesos, mientras que el kilo de cocaína no pasa de los seis.
¿Cómo lo están combatiendo?
Ese es otro de los retos; ya tenemos una normativa, que es el decreto 2235 del 2012, hay otro para la vigilancia de las máquinas que entran al país para esa función, otro que es control de carreteras y la estrategia que hemos venido construyendo con el Gobierno, que tiene componente operacional y normativo, buscando más herramientas para que los policías, los soldados, el Ministerio del Medio Ambiente, el Ministerio de Minas, la Fiscalía y demás entidades puedan combatir más, dando resultado mayores.
Entonces ¿sí es un país más seguro o evolucionaron los delitos?
Que hay retos hay retos, pero también hay Gobierno, las cifras ya están y la muestra de las disminuciones también. Todavía hay trabajo que estamos haciendo, hay planes y, sobre todo, ejecuciones de ellos. Hemos inyectado 25 mil policías en los últimos años, hemos comprado miles de cámaras de seguridad, tecnología para las Fuerzas Militares, todo lo que usamos para enfrentar los retos y mantener los quiebres de tendencias que se han logrado.
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