Más de 24.000 familias dejaron la coca por el cacao en 2017

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
El ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo Rueda viajó hasta Cumaribo (Vichada), y desde allí diálogo sobre los avances del posconflicto en el país.

Pese a que el Gobierno Nacional cumplió con la meta que se fijó para el 2017 (50.000 hectáreas), la erradicación de cultivos ilícitos no siempre contó con buenas noticias.

Sin embargo, el ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo Rueda, viajó hasta Cumaribo (Vichada), donde junto con representantes de la comunidad internacional fue testigo de cómo el cacao y otros cultivos se abren paso para reemplazar la coca y lograr la sustitución total.

En diálogo, Pardo hizo un balance de los avances del posconflicto en el país.

- ¿Cómo van los fondos para el posconflicto?

Así va cada fondo: está el Fondo de Naciones Unidas, que ha movilizado 67 millones de dólares; el Fondo de la Unión Europea, que tiene compromisos por 96 millones de euros; el Fondo del Banco Mundial, que tiene un presupuesto de 20 millones de dólares, y el Fondo Colombia Sostenible, que tiene dos componentes: un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo de 100 millones de dólares y un componente de cooperación de Noruega de 250 millones de euros, además del compromiso de Alemania, Suiza y Reino Unido, pero todavía no han indicado la cantidad.

- ¿Cómo van desarrollándose los acuerdos para la sustitución de cultivos ilícitos?

Llevamos dos meses de ese proceso. Hemos tenido una recepción muy grande a las intenciones de acuerdos de sustitución. En este momento hay cobijadas 47.500 hectáreas y aproximadamente 62000 familias cocaleras. Se han suscrito acuerdos de sustitución en Putumayo y Guaviare, y en muchos municipios de departamentos que históricamente han sido cocaleros: Meta, Vichada, Caquetá, Norte de Santander y Nariño. Y se suscribió un acuerdo en El Tambo (Cauca), que incluye 35 veredas, 1500 familias y 1800 hectáreas.

- ¿Qué sigue después de suscribirse el acuerdo para llegar hasta la eliminación del cultivo ilícito?

Sigue un proceso de caracterización individual de familias, que incluye una identificación del predio que está bajo cultivo, una georreferenciación y la inscripción de la familia en el programa. Eso, en acuerdos departamentales como los de Guaviare y Putumayo, puede tardar un mes y medio o dos meses, porque hay que ir a todas las veredas. En acuerdos de veredas puede ser mucho más rápido. Ahora hay un acuerdo en el Vichada, municipio Cumaribo, de aproximadamente 400 hectáreas, donde ya han tumbado la coca; los campesinos van a recibir el segundo pago de recursos y están en proceso de sembrar cacao.

- ¿A propósito, qué avances nota desde el 2016, cuando fue por primera vez al Vichada?

Vichada empezó el proceso antes de la firma del Acuerdo de Paz y fue el laboratorio para todo el programa de sustitución, es decir, se involucraron 270 familias que voluntariamente erradicaron más de 220 hectáreas de coca en las que hoy se siembra cacao. Esperamos que este mes todas las familias involucradas en el programa de sustitución en el Vichada, Arauca y Guaviare arranquen la coca. La sustitución es una realidad y hoy 24.800 familias dejaron voluntariamente la coca por productos como el cacao.

- ¿Esa es la principal alternativa que se les brinda a estas familias?

Sí, porque estas zonas son muy aisladas, no hay carretera. Tomo como ejemplo a Vichada, ir de Curabio a Wuerima tarda ocho horas. Basándonos en eso, el cacao es la alternativa más conveniente para los campesinos. De igual forma, Casa Luker, que es uno de nuestros aliados, compra el producto al mismo precio que en Bogotá y proporciona un subsidio de transporte en conjunto con la Fuerza Aérea, porque somos conscientes de que tenemos que darle estabilidad a las personas que deciden cambiar.

- ¿Cuáles serán los primeros departamentos libres de coca?

Vichada y Arauca, seguidos de Guaviare, Meta, Caquetá y Putumayo. Se va avanzando en un proceso que incluye alrededor de cinco mil familias por semana y la meta es llegar a finales de este mes a 60 o 65 mil familias, que producen unas 50.000 hectáreas de coca, para reducirla en esa primera fase.

 

El triángulo de cacao

- Volviendo a la sustitución, ¿hasta cuándo hay plazo para que las familias se acojan al proceso de sustitución?

 Hasta finales de este mes todas las familias que quieran entrar al programa lo podrán hacer. Los cultivadores de coca que queden son porque no quieren entrar y ahí la Policía o el Ejército procederá a erradicarla.

Hoy Vichada, conocida como ‘El triángulo negro’, es un triángulo de cacao, dada la fertilidad de los suelos y la capacidad productiva (…) Aquí más de 600 familias se han acogido a los acuerdos voluntarios de sustitución de cultivos ilícitos, siendo este modelo un caso de éxito.

- ¿La sustitución se acordó con los campesinos o fue imposición?

 No, aquí la Fuerza Aérea ya había hecho una serie de estudios y trabajos, con eso se avanzó muchísimo para estar en estos momentos cogiendo y vendiendo cacao. Nosotros no obligamos a nadie a sustituir, lo que hicimos fue demostrarle y garantizarle al campesino que hay otro camino en cuanto a economía en las regiones olvidadas.

- ¿En el 2017 se terminó la tensión generada por la aspersión con glifosato?

El Gobierno ha decidido no usarla, pero no está prohibida legalmente. La decisión se dio por los efectos sobre la salud, pero se está usando la aspersión manual terrestre, al igual que la erradicación mecánica.

- Y también siguen las protestas en algunas comunidades, ¿por qué?

En los sitios donde se manifiesta la intención de entrar en un proceso de sustitución voluntaria Ejército y Policía determinan esa posibilidad y solo se trabaja en sustitución de cultivos familiares, pero no en el caso de cultivos industriales. La sustitución voluntaria es para campesinos, para personas que tengan menos de una hectárea, que es más o menos el promedio que se ha visto en estos acuerdos.

- ¿En cuánto tiempo termina el proceso de ese primer 50%?

Depende. Hay áreas muy contaminadas y en ellas se tardará mucho más tiempo.

- ¿Percibe una desconexión entre lo que piensan los colombianos y lo que el Gobierno anuncia que se está haciendo en el posconflicto?

Creo que el panorama general de lo que se avanza hay que contarlo muchas veces, porque es realmente un plan de desarrollo muy ambicioso, que va a durar quince años y que busca reducir sustancialmente las grandes brechas que hay entre el nivel de vida urbana y el nivel de vida rural.

- Desde el exterior, ¿cómo es la mirada a la sustitución de cultivos?

Colombia es un país que en todos los foros internacionales es seguido como un ejemplo que pudo superar el conflicto, que logró hacer un acuerdo de paz para dejar atrás 50 años de guerra y ese es un tema que admiran todos los países. Claro, eso no quiere decir que la firma de los acuerdos fuera una varita mágica que resolvió todos los problemas; hay muchísimos problemas que quedan por resolver y fundamentalmente es mucho más importante, positivo y humano buscar resolver esos problemas en paz que mantener un conflicto que no se iba a acabar.

 

El papel de las empresas

- ¿Qué tan importante es el apoyo del sector privado para este propósito?

De gran valor, es un trabajo conjunto entre empresas y campesinos. Los productos deben tener un mercado estable y formal y eso lo asegura el cacao con compradores como Casa Luker o Nacional de Chocolates. En los programas de sustitución está proyectado aumentar en 50.000 hectáreas la siembra de cacao, al igual que el café en las zonas altas de Antioquia, y se iniciará en el Cauca, en conjunto con la Federación de Cafeteros y Starbucks, uno de nuestros mayores compradores de café.

- ¿No se podría presentar una sobreproducción en esos cultivos?

No porque hay cultivos de largo y corto plazo, pero depende de la zona y de las vías de comunicación y eso lo definen asistentes técnicos precisamente para darle consejos y acompañamiento a los campesinos. Igualmente, se van a implementar galpones para que pueda haber mayor producción y de mejor calidad.

- ¿Qué incentivos se dan a las empresas que apoyen la sustitución?

El Gobierno creó la iniciativa Obras por Impuestos, a la cual pueden aplicar todas las empresas que tengan obligaciones tributarias, las cuales pueden escoger pagar hasta la mitad del impuesto a cargo en obras de un banco de proyectos.

- ¿Cómo se garantiza que no haya evasión?

El beneficio tributario se da cuando la obra se entrega, si no entrega la obra, no hay ningún tipo de cruce de cuentas. Al entrar al proceso de obras por impuestos, tiene que suspenderse el tema de la obligación de cuotas, por eso se establece una fiducia y, una vez establecida, la Dian expide un mecanismo para que la empresa no quede morosa por no pagar la cuota hasta que termine la obra.

- ¿Cree que los empresarios tienen preocupaciones frente a este sistema?

Las preocupaciones se recogieron en el decreto porque, como es un mecanismo nuevo en el país, había que conciliar. Nuestro interés es que haya inversión en las regiones; hay interés de la Dian para que no sea un mecanismo para eludir responsabilidades y hay interés de las empresas para que no sea un mecanismo tan complejo, porque finalmente es más cómodo para una empresa hacer lo que hace siempre, que es mandarle un cheque a la Dian.

Pero por temas reputacionales y la intención de estar presentes en algunas regiones, hay muchas empresas que tienen este interés. Hay que aclarar que por obras o por impuestos no hay ningún beneficio tributario, a diferencia de la primera parte de la ley, que sí es reducción del impuesto predial.

Credito
COLPRENSA

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