¿Le preocupa el robo de identidad? Debería

Sólo con obtener su información personal los cibercriminales pueden causar un daño enorme a los usuarios de Internet. Una contraseña puede darles acceso directo a portales bancarios. Con datos privados los delincuentes pueden suplantar a la persona o causarle dificultades con entidades crediticias, y con las autoridades.

Es una de esas cosas que le pasan a los demás, pero nunca a usted. A pesar de que, según la firma crediticia Experian, el robo de identidad en Internet ha aumentado hasta un 200 por ciento durante los últimos dos años, y aunque las formas de prevenirlo son relativamente sencillas, el hecho de que cada vez más personas se suscriban a más servicios en línea facilita el trabajo a los criminales.

Su información está a la venta

Obtener un nombre de usuario y una contraseña para robar dinero a través de un portal bancario es uno de los objetivos de los criminales informáticos, pero no el único. A veces, los delincuentes pretenden obtener información privada de las personas. ¿Por qué?, porque es valiosa.

No sólo en sentido figurado. Una base de datos con cientos o miles internautas puede venderse en el mercado negro. Y mientras que un solo número de tarjeta de crédito puede costar entre uno y siete dólares, bases de datos sin datos crediticios o contraseñas robadas a las personas son relativamente fáciles de vender.

¿Qué hacen los compradores con esta información, o quienes la obtienen al enviar ‘emails’ fraudulentos, vínculos de Internet falsos o incluso mirando sobre el hombro de usuarios incautos? Muchas cosas. La información de una persona con un registro ‘limpio’ puede ser usada por inmigrantes ilegales o toda clase de delincuentes para entregarla a las autoridades.

Otros delincuentes simplemente pueden crear perfiles de las personas plagiadas en redes sociales, y convencer a sus amigos de que realmente se trata de uno de sus conocidos, y por lo tanto pueden entregarle aún más información privada.
    
Síntomas de ser una víctima

Según Experian, durante el primer trimestre de 2012 los criminales comerciaron con más de 12 millones de registros de información privada.

El número representa la cantidad vendida y comprada, y no el total de datos que los delincuentes consiguieron robar a personas que, en su mayoría, ni siquiera supieron que habían sido víctimas de un delito, hasta que alguna entidad oficial o bancaria les negó un crédito, o un cobrador los contactó para exigir el pago de una deuda que ellos nunca adquirieron.

Algunos de estos afectados recibieron alertas tempranas sugiriendo que un tercero había conseguido obtener su información o acceso a sus cuentas de Internet. Por ejemplo, algunos descubrieron que sus contraseñas dejaron de funcionar en los portales y servicios de Internet que usan con regularidad.

Otras cosas que dieron una señal de alerta a las víctimas fueron dejar de recibir extractos o recibos a su casa, presumiblemente porque su dirección de correspondencia había sido cambiada. Otros recibieron artículos que no habían solicitado, incluyendo nuevas tarjetas de crédito.
    
Pasos para protegerse

Actualmente los internautas tienen un promedio de 26 cuentas en diferentes servicios en línea, entidades bancarias y redes sociales. Y el número promete aumentar durante los próximos años.

Infortunadamente, utilizar una misma contraseña en todos estos servicios, o incluso cuatro o cinco contraseñas, es una muy mala práctica. ¿Por qué? Porque un delincuente que descubra la contraseña de un usuario en uno de sus servicios tendría automáticamente acceso a los demás. Es decir: si la base de datos de una de sus redes sociales es ‘hackeada’, los delincuentes podrían usar su información y contraseña para intentar acceder a sus cuentas de email y bancarias.

Quizá se asombre al saber que la recomendación de los expertos es tener una contraseña diferente para todos sus servicios. Pero ¿Es necesario entonces recordar 20 o más contraseñas diferentes, cada una con números, letras mayúsculas y minúsculas y a veces símbolos?

No. Afortunadamente, existen programas llamados ‘administradores de contraseñas’ que le evitan gastar su concentración, tiempo y memoria en decenas de contraseñas. Un ejemplo gratuito es el software LastPass. Si no quiere instalar nada en su computador, el portal Clipperz.com ofrece el mismo servicio, también de forma gratuita. En ambos casos, usted usa una contraseña hipersegura para acceder a su cuenta, y una vez dentro puede ver sus contraseñas para cada servicio de Internet.

Por supuesto: también es necesario tomar precauciones como no dar información privada, ni siquiera a amigos en redes sociales, hasta no asegurarse de que son quienes dicen ser. Y nunca divulgar información privada como respuesta a un correo electrónico o a una llamada de ‘servicio técnico’ que no se solicitó.   

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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