Los desproporcionados gastos del hospital Meissen

El secretario de Salud de Bogotá, Guillermo Alfonso Jaramillo, denunció ayer los sobrecostos en los cuales incurría el hospital de Meissen.

El funcionario argumentó que son suntuosos para un centro hospitalario cuya planta funciona en una de las áreas más populares de la ciudad.

Jaramillo explicó que en este centro hospitalario se compraban langostinos, filetes de merluza, botellas de vino, queso fino y huevos cuyo precio oscilaba los 380 pesos y que nunca se les daban a los pacientes. “Encontramos por ejemplo que se compraron 17 mil huevos y solo ocho mil han sido suministrados a los pacientes”.

Así mismo denunció un gasto descomunal en el cual se habrían pagado 74 millones en el suministro de gasolina, lo que equivale a que cada vehículo consume en promedio seis galones de combustible por sólo 10 kilómetros de recorrido”, añadió el funcionario.

El Secretario de Salud aseguró que el gerente del centro, Carlos Hernando Lizcano, “tendrá que responder” por las irregularidades y anunció que entregaría a los entes de control estos hallazgos para que investiguen a profundidad los hechos.

“En este hospital se evidencia la presencia del cartel de la contratación en donde las firmas que han sido investigadas por la justicia, aparecen como contratistas en este centro hospitalario”, acotó el funcionario.

Por otro lado, un equipo periodístico comprobó de primera mano el sufrimiento que tienen que padecer los usuarios de las EPS para hacer cualquier procedimiento. Incluso los más básicos se convierten en una tortura y pérdida de tiempo para las personas, sin hablar de aquellos que son requeridos de forma urgente.

La situación no solo se vive en la capital del país sino en varias regiones. Tal es el caso del Hospital Universitario de Santander al que las EPS le deben 68 mil millones de pesos, lo que ponen en riesgo el funcionamiento del centro hospitalario.


En el hospital de Coveñas los médicos no pueden atender a los pacientes por falta de elementos o insumos. La situación es crítica debido al mal estado de camillas y otros objetos necesarios para atender a quienes lo requieren. De otra parte, Antioquia y Valle no se quedan atrás: trabajadores denuncian una gran crisis financiera. La Contralora Delegada Anticorrupción denunció además que hay parálisis en la Fiscalía por el escándalo de la salud.


Sobrecostos, calvario de pacientes y médicos que no tienen elementos quirúrgicos son algunas de las irregularidades.

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