Los hondureños salieron de nuevo a las calles para protestar contra el gobierno de Juan Orlando Hernández, acusado de haberse vuelto más autoritario en un país donde la violencia y la inestabilidad económica empujan a muchos a migrar a Estados Unidos.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH) pidió a las autoridades que se haga una investigación “pronta e imparcial” de los hechos violentos registrados durante tres días.
En lo económico, las pérdidas, con paros, incluso de centenares de transportistas de carga y de más de un centenar de policías exigiendo conquistas sociales, son “millonarias”, según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) y las Cámaras de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (centro) y Cortés (norte).
Durante las protestas hubo incendio de vehículos, saqueos y roturas de cristales en restaurantes de comidas rápidas, comercios de electrodomésticos, alimentos, oficinas públicas.
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