“Nuestro objetivo sigue siendo salvar el tratado. Por supuesto, admito que la probabilidad de salvar el tratado está cayendo día a día a medida que nos acercamos a la fecha límite del 2 de agosto”, declaró el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, durante una rueda de prensa posterior a la segunda reunión este año del Consejo Otan-Rusia.
En cualquier caso, insistió en que hasta el 2 de agosto los aliados seguirán centrados en pedir a Moscú “volver a cumplir” el pacto, “porque ese es el único modo de salvar el tratado”.
Aún así, instó a prepararse para un mundo sin el INF, “que será menos estable para todos nosotros”.
El próximo 2 de agosto vence el período de seis meses para que Estados Unidos complete el proceso anunciado de retirada del tratado, firmado en 1987 por Washington y la Unión Soviética, tras aducir que Moscú lo incumplía.
En ese contexto, el presidente ruso, Vladimir Putin, promulgó el 3 de julio la ley para la salida de Rusia del acuerdo.
“Todavía hay tiempo para salvar el tratado, y el tratado se puede salvar si Rusia vuelve a cumplirlo”, subrayó Stoltenberg, en referencia a un documento que, según indicó, ha sido “crucial para la seguridad euroatlántica”.
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