Este domingo elegiremos nuevo gobernador del Tolima. Las cartas están echadas. Sólo dos candidatos se perfilan con posibilidades: Óscar Barreto y Mauricio Jaramillo.
Los otros dos, serán animadores, pero no protagonistas. Me refiero a Carlos García y a Jaime Eduardo Reyes, cada uno con panoramas de futuro diferentes. Reyes se juega su futuro, si los resultados son magros quedará muy diezmado y estropeado.
García quiere montar un grupo político propio. Por eso está financiando al candidato a la alcaldía Ferro, pretendiendo ganar en cuerpo ajeno y reencaucharse desde Ibagué.
Creo que obtendrá alrededor de 35 mil votos, con concejales propios elegidos y un gregario en Ibagué, y quedará despejado el camino hacia futuro para su hijo el representante. Y García feliz.
Mauricio Jaramillo, con apoyo de la chequera oficial, ganará en la mayoría de los municipios. Entre 25 y 30. En Ibagué que era el fortín del partido liberal, el que prácticamente definía la gobernación, perderá las elecciones.
El problema que lo acosa no es ganar en la mayoría de municipios. Sino que la diferencia no es la de otrora. Si gana pero por escasas diferencias, no le alcanzará para compensar los grandes márgenes con los que perderá en los municipios restantes y en Ibagué.
En los resultados electorales de las últimas elecciones parlamentarias se constata una conservatización del departamento. Un retroceso de la fuerza liberal por el mal manejo que le han dado sus directivas al partido. Sumando las cifras conservadoras y uribistas la diferencia con las huestes rojas es monumental. Entonces, en los municipios de tradición conservadora, en general, va a ganar Óscar Barreto. Ganará con altísimas diferencias. Su trabajo y sus obras cuando fue gobernador se mantienen frescos en el agradecimiento de sus habitantes. Para Barreto esto es un potosí porque las diferencias con las que ganará superan con creces las que le van a sacar en los municipios donde la victoria sea liberal.
Barreto tiene una ventaja adicional. Son los votos del Centro Democrático y del Mira. El respaldo del expresidente Uribe le representará un caudal muy importante. Y el Mira es una colectividad muy organizada, que entendió que debe hacer alianzas para mantenerse y ya dio el paso. Serán casi 20 mil votos nuevos en toda la geografía tolimense para las cifras finales de Barreto. Y la unión con Toledo, ganador en Ibagué, le dará nuevos votos frescos.
Su trabajo en la ciudad es otra ventaja. Nunca se había visto que en la capital un candidato a la gobernación tuviera la fuerza solo, sin necesidad de candidatos a la alcaldía o al concejo, para convocar reuniones masivas. Lo ha hecho de manera contundente. Un candidato a la alcaldía pretendió llenar la plaza Murillo Toro, reto mítico en la política ibaguereña, y tuvo que recurrir a limitarla con vallas y a llenarla de sillas, para que se viera grande su convocatoria.
Barreto, sin poner límites al sitio y sin sillas, abarrotó la plaza hasta los topes como demostración de respaldo. ¡Con seguridad ganará sin reparos y con diferencia considerable!
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