El paseo 7: viaje a Nueva York

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Réplica a la columna del alcalde de Ibagué Andrés Fabián Hurtado, del pasado domingo 4 de junio, publicada en el diario El Nuevo Día.
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Señala el mandatario local, en justificación al “glamuroso” viaje a Nueva York, para promocionar el Festival Folclórico Colombiano, la globalización (que vendría siendo el género –aún cuando el escrito escapa de esta clasificación-), la conexión internacional y la transferencia de conocimientos y culturas (que vendría siendo la especie), haciendo referencia a diversas actividades que, según él, tienen preparada a la ciudad para crecer turística y comercialmente. Debo señalar que nada más alejado de la realidad y, hasta el momento, el viaje no ha resultado ser más allá de un “paseo” con nulo impacto en lo fundamental: la economía ibaguereña.

Primero. La globalización, para que lo tengamos presente, requiere un elemento esencial o facilidad común para que sea, en la práctica, beneficiosa y es la comunicación e interdependencia entre ambas ciudades, un proceso que se construye a través de la confianza, el intercambio y la unión de intereses mutuos, pero que precisa, ante todo, preparación para competir, y no me refiero exclusivamente a un intercambio de productos y servicios homogéneos entre las dos ciudades, me refiero, en lo que aquí nos interesa, por un lado, a la competitividad local y, por el otro, una competencia vertical entre diferentes actores que componen la escala de bienes y servicios a ofrecer a inversionistas y turistas (esto es, infraestructura vial, escenarios culturales, capacidad y eficiencia en el transporte, oferta cultural organizada, planificada y continua, prestación eficiente de los servicios públicos, solo por mencionar algunos factores) que pueda ofrecer Ibagué en relación a todos los acuerdos comerciales proyectados, que supongo, fueron realizados durante el viaje.

Segundo. La conexión internacional, que sin duda es necesaria para sobrevivir en una economía globalizada (el deber ser de las cosas –más allá de la vacía retorica del escrito), que necesita la conexión nacional, aspecto al cual la ciudad aún no ha podido llegar por cuenta de muchos factores, de los cuales solo pretendo mencionar algunos, como son (esto es el ser), la indebida planificación del territorio, incoherente entre la expansión urbanística y la ampliación de la red hidrosanitaria, que ha impedido, entre otras, la inversión nacional y la instalación de empresas en el municipio. Así como tampoco tenemos una eficiente conexión aérea, de hecho, según el Índice Departamental de Competitividad, nuestro Índice de Conectividad Aérea es de los más deficientes del país, solo estamos mejor que Putumayo, Guainía, Arauca y Vichada, estamos peor que Chocó y Vaupés.

Tercero. La transferencia de culturas y saberes no es efectiva con una “emotiva” presentación, que sin duda debo resaltar el valor de nuestros artistas y gestores culturales, pero hace falta apoyo, no solo en cuanto a infraestructura local para impulsar el turismo, también en las condiciones económicas para desarrollar el arte y la cultura como profesión y el valor que, desde la infancia, se da a la cultura en la educación del municipio. ¿Están seguros en la alcaldía que, en todas las instituciones educativas públicas de Ibagué se cuenta con los instrumentos necesarios para resaltar el folclor en los niños, niñas y adolescentes?.      

La ciudad no es competitiva, esa es una lamentable realidad, pero como el viaje ya se hizo, es determinante que le cuenten a los ibaguereños, ¿a cuánto ascienden los negocios proyectados? Y ¿cuál esperan, sea el impacto económico y cultural que el “periplo” le representará a Ibagué?.

CAMILO ERNESTO OSSA B.

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