PUBLICIDAD
Veamos algunas de ellas, circunscritas al espacio político:
Petro, por ejemplo, avizora una Colombia federal, en cuanto ese logro democrático implique, entre otros avances, las decisiones de los pueblos sobre su territorio. No se mete con la vieja discusión legal y constitucional, entre centralismo y federalismo. Enfatiza sí, en la consolidación de las autonomías territoriales, en especial la del Pacifico y la Cordillera Occidental hacia el mar “para darle poder a las negritudes” y conferir autoridad ambiental. Aprovecha, la oportunidad de abordar el tema, y enterrar sustos lejanos: “Mi programa de gobierno no busca estatizar, sino democratizar”.
Por los lados de la Coalición Centro Esperanza, el exministro y precandidato presidencial Juan Fernando Cristo, ha enumerado una serie de importantes objetivos de reformas - allí planteadas - que de seguro, serán abordados en un necesario diálogo alrededor de grandes acuerdos nacionales y sociales en estos asuntos. Cristo sentencia sabiamente, que si no cambiamos de manera contundente y profunda el actual sistema político imperante, no vamos a ser capaces de combatir con eficacia la corrupción.
En un primer plano, se encuentran propuestas que los sectores democráticos del país, han presentado recientemente y otras de hace varios años, que aún no han podido plasmarse en la Constitución. Para la muestra, varios botones de importantes reformas aplazadas: cambiar el sistema político para modificar el Congreso. Eliminar el voto preferente. Avanzar hacia listas cerradas. Crear una autoridad electoral independiente y autónoma. Impulsar la financiación pública de las campañas. Reducir el Legislativo: el Senado quedaría con 72 integrantes, que se elegiría con un solo Senador por cada Departamento de Colombia, y el resto de Senadores por circunscripción nacional.
Los sectores democráticos, agitan sanamente el necesario debate sobre la visión estratégica de desarrollo y paz, de nuestra nación a corto y largo plazo. Sin embargo, por ahora, la derecha sospechosamente calla. De seguro, tienen ya armada su estrategia belicista, desde la cabeza del Ejecutivo, para aparecer en estos días, así de ipso facto. Fuera de proponer acabar con las Cortes e irrespetar los ejes esenciales de la Constitución del 91, no dicen ni pio de intereses constitucionales ni nacionales. Salvo su degradante propósito de hacer trizas los avances en los logros de paz para Colombia.
Comentarios