Cosa de volverse loco

Camilo González Pacheco

La paradoja está definida como el dicho o hecho que parece contrario a la lógica.
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Pues bien, en este país del Sagrado Corazón de Jesús, - “…!cosa es de volverse loco!...”-, quienes tuvieron que pedir perdón en cumplimiento de una orden judicial del Tribunal Administrativo de Santander,  por varias ejecuciones extrajudiciales en los denominados falsos positivos, - vaya paradoja -  fueron nada más ni nada menos, que dos de  los  más valientes  luchadores, contra su ocultamiento, manipulación e impunidad, a riesgo de sus propias vidas, de amenazas a su integridad personal y la de sus familias, montajes y persecuciones  judiciales. Nos referimos a Gustavo Petro e Iván Velásquez.

El Señor Ministro de Defensa Iván Velásquez, tiene una amplia trayectoria humanista y democrática. Fue Procurador Departamental de Antioquia, donde consolidó  la Oficina Permanente de Derechos Humanos. Desde ese cargo, impulsó el primer Comité de Derechos Humanos en el país, en el que  participaron diferentes organizaciones,  entre ellas, la Iglesia Católica. También fue Director Regional de Fiscalías, cargo en donde  realizó una fuerte lucha contra los grupos de autodefensa, logrando develar – entre otros oscuros asuntos -   los movimientos de sus recursos y  cuentas bancarias. 

A partir del 2006 hasta agosto del 2012,  el citado  jurista coordinó  la Comisión de Apoyo Investigativo de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, encargada de investigar a los miembros del Congreso vinculados con el paramilitarismo. Investigaciones  que llevaron a la Corte a abrir procesos por crímenes de lesa humanidad, masacres, homicidios y desplazamientos masivos, que han dado como resultado la condena de más de 60 congresistas, y más de 130 están vinculados  a investigaciones judiciales. 

El jurista Iván Velásquez, dirigió  la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, investigación que también llegó hasta los más altos funcionarios de ese país. En el  año 2018 junto con la fiscal Thelma Aldana recibió el premio Nobel alternativo en reconocimiento a su lucha contra la corrupción y la impunidad.

En cuanto a Gustavo Petro, fue el primer congresista que destapó la parapolítica, la alianza nefasta entre el Estado y los Paramilitares, y la asociación de estos con miembros del ejército para ejecución de los abominables “falsos positivos”.

Pero, oh paradoja!  - ¡cosa es de volverse locos! - fueron ellos dos,  quienes tuvieron que pedir perdón  por estos crímenes que nos avergüenzan. Como lo expresaron sabiamente algunas madres que asistieron a ese evento conmemorativo, quienes debieron pedir perdón eran otros.  Algo así, como relata el poeta  Marroquin en uno de sus más conocidas obras: “ Es flaca sobremanera/ toda humana previsión, / pues en más de una ocasión, / sale lo que no se espera”.

 

Camilo A. González Pacheco

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