De sorpresa en sorpresa

Carlos Gustavo Cano

La inflación en 2022, 13.12 %, superó en 4.4 veces la meta del 3 % anual fijada por la autoridad monetaria. En tanto que la tasa de interés real del banco central, es decir tras descontar dicha inflación de la tasa nominal vigente, continúa en terreno negativo, o sea con una postura excesivamente expansionista, habida cuenta además de que la llamada natural ronda un punto y medio porcentual.
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De otra parte, substrayendo de la cifra de inflación total los choques de oferta de los alimentos y la energía, esto es factores exógenos no controlables por el costo interno del dinero, el resultado subyacente arroja igualmente un comportamiento desbordado de los precios, indicando inequívocamente claras presiones de demanda ante las cuales la política monetaria tiene que seguir respondiendo por vía de su endurecimiento, teniendo en cuenta adicionalmente que la llamada brecha del producto –la diferencia entre el PIB potencial y el real-, se halla cerrada.

Como si fuera poco, todas las variables disponibles sobre las expectativas de inflación asímismo continúan desmedidas, muy por encima de la meta.

En un escrito anterior, afirmamos que, así las cosas, nuestro banco central no debería cesar el ciclo de alzas de su tasa de interés nominal hasta tanto no se sitúe en un nivel no inferior al 14 %, si es que en verdad pretende que en el horizonte de tiempo de política –aproximadamente diez y ocho meses-, la inflación de nuevo se enrumbe hacia la meta. 

Como afirmó recientemente el primer mandatario norteamericano refiriéndose a la situación de su país, una inflación fuera de madre equivale a la “ruina de la existencia”.

A ello cabría agregar la afortunada y oportuna observación de la bella e idónea economista indioestadounidense Gita Gopinath, actual subdirectora del Fondo Monetario Internacional, en el sentido de que resulta crucial que el banco central (en este caso la Fed, lo cual por igual se aplica perfectamente al nuestro), “mantenga una política monetaria restrictiva hasta que se logre una reducción definitiva y durable de la inflación, que es evidente en sectores diferentes a los de alimentos y energía”.

 

CARLOS GUSTAVO CANO*

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