Consejos de Planeación

La diferencia que observamos entre un país y otro para reparar los daños y volver en poco tiempo a la normalidad, radica, en muy buena parte, en el buen funcionamiento del área de planeación, sin importar la denominación que tenga en la estructura administrativa, aunque de lo que sí estamos seguros es de la enorme importancia que esta área representa para la administración.

Desde luego que dentro de un buen ejercicio de prospectiva debe haber lugar para la consideración del riesgo, que los técnicos en la materia consideran mediante la conformación de un mapa que contemple tanto el impacto como la frecuencia de su posible ocurrencia. Lo anterior permite asignar recursos que puedan cubrir las contingencias que se llegaren a presentar, sin tener que esperar meses y años, como ha ocurrido en nuestro medio, con los afectados por la ola invernal.

Claro está que una buena planeación deber estar acompañada del presupuesto correspondiente, además de contar con la seguridad jurídica que las circunstancias aconsejan.


Planear, en cierta manera, significa predecir el futuro y para no soñar despiertos, debe llevarnos a escenarios posibles, aterrizados y que se puedan realizar en un periodo razonable de tiempo. En el ejercicio de planeación deben estar presentes los distintos intereses que puedan existir en la sociedad.


La planeación seria y efectiva logra generar un compromiso muy grande en todos los actores que se alinean con el propósito de alcanzar las metas que se hayan fijado. La mejor manera de garantizar la ejecución de un plan comienza con la conformación de los consejos de planeación, cuyos integrantes deben interpretar los más altos intereses de la comunidad, de tal suerte que estén dispuestos a trabajar, con los expertos, en la elaboración de verdaderos planes de desarrollo que beneficien a toda la población.


Los planes generales de desarrollo regional, como ocurre en muchos países, responden a trabajos diseñados cuidadosamente, aplicando rigurosas metodologías de costo y beneficio, no solo económico y social, sino fundamentalmente teniendo en cuenta lo cultural, lo político y lo medio-ambiental.


En su elaboración participan las universidades, los empresarios, los ambientalistas, los dirigentes sociales, los sindicalistas y todas las fuerzas vivas de la sociedad que junto al gobierno, tienen el interés común de alcanzar mejores niveles de desarrollo.


En nuestro caso, esos planes deben segmentarse en periodos que coincidan con el tiempo de los mandatarios elegidos cada cuatro años, quienes deberán aplicarlos con sus particularidades, para no detener sus ejecutorias hasta tanto cada mandatario no haya elaborado el suyo, con los riesgos que tal metodología encierra. ¡Es necesario ordenar la planeación!

Credito
JAIME CHÁVEZ SUÁREZ

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