Aguas turbulentas

“Nos va a tocar navegar en aguas turbulentas los próximos 18 meses”. Con estas palabras el ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry describe el panorama económico que se aproxima.

Y es que existen unos indicadores que deben preocupar a las autoridades para motivar serios análisis que permitan prever sus desenlaces, de tal manera que la sorpresa no sea el distintivo, tal como ha ocurrido a otras economías, hoy en lamentable estado de descomposición.

Lo primero que hay que advertir es que la recesión en Estados Unidos y en Europa, se ha extendido más allá de la cuenta, en donde aparecen datos alarmantes en situaciones como niveles de deuda, desempleo y consumo.

Representando esas dos regiones a las mayores economías del mundo, el coletazo en el resto del planeta no se puede desestimar en ninguna forma.

Pero al interior del país vemos situaciones que ya marcan signos de preocupación: El precio del petróleo continúa a la baja en los mercados internacionales y ello produce un boquete a nuestras finanzas.
    
Las exportaciones totales de Colombia, apenas crecieron 1.2 en el mes pasado y las mediciones de confianza de productores y consumidores arrojan resultados adversos, experimentando caídas del 4.4 y 7.0 respectivamente.

A esto se suma la caída en la producción manufacturera del 0.9 por ciento y el descenso de los ingresos tributarios a mayo. Como si fuera poco, la cifra del crecimiento económico para este año ha sido modificada y se espera que sea del cinco por ciento, 0.9 por ciento menos que la del año anterior.

Y debemos agregar que frente a este panorama, un 70 por ciento de los colombianos manifiesta que no tiene ahorro, elemento muy determinante a la hora de abordar una crisis, pues deduce que la inmensa mayoría de la población estaría sin ninguna capacidad de reserva para asumir los posibles reveses de la adversa situación.

No podemos dejar pasar por alto, que en medio de las crisis un elemento que juega un papel importante es el del gasto público cuando se dirige a la inversión, principalmente de infraestructura, pues está en capacidad de generar empleo y de mantener niveles de consumo y estabilidad; pero cabe anotar que precisamente uno de los lunares que se han experimentado en los últimos años, es la incapacidad para la ejecución de las obras viales y en general de infraestructura, lo que hace advertir que al no estar solucionados los problemas, esa inversión continuará represada.  

Estos ruidos están sacudiendo las estanterías y es mejor diseñar a tiempo los correctivos, para que esos sacudones no terminen derribando lo que se encuentra encima.

Colprensa

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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