La educación de calidad

El tema de la educación de alta calidad continúa en Colombia siendo un dolor de cabeza el cual no hemos podido aliviar.

El reciente estudio de Banco Mundial sobre el tema, le hace al país serios reparos a los resultados de la educación superior, en donde comienza por incriminarle la escasa cobertura, que apenas llega al 42 por ciento.

A su vez señala duros términos por no haber podido alcanzar mejores resultados en la educación tecnológica y en la formación de profesionales con nivel de maestría y doctorado.


La aplazada reforma a la educación no puede continuar en un simple ofrecimiento que no llega, pues el factor educativo resulta ser el principal elemento para alcanzar el desarrollo y si no es posible contar con los técnicos y profesionales de alta calidad que se requieren para apalancar los procesos, pues el aparato productivo no va a poder contar con el talento necesario para ofrecer resultados ambiciosos.

Son varios los factores a resolver:

En primer lugar, es necesario incrementar el porcentaje del gasto público dedicado a la educación, de tal manera que permita la financiación de subsidios a la educación, para que esta deje de ser elitista y pueda estar en capacidad de ofrecer efectivas posibilidades de ingreso a todos los sectores de la población.


Tiene que apalancar la inversión en la adquisición de nuevas tecnologías, disponibles hoy en los mercados, sin las cuales no será posible ofrecer las verdaderas opciones de capacitación de calidad a los estudiantes.


También se requiere la formación de maestros a nivel de maestría y doctorado, pues de lo contrario la calidad nunca será la esperada y las posibilidades de acceder a la investigación serán incipientes y para nada representativas.


Pero, además, es necesario invertir en la infraestructura física de las entidades educativas y en el apoyo a las entidades ya existentes, para que puedan ampliar las coberturas y poder estar en capacidad de atender una mayor demanda, hoy excluida por falta de recursos.


Y, por último, se hace necesario un acompañamiento para las entidades de educación superior existentes, para que todas puedan lograr acceso a instrumentos de mejoramiento de la calidad, que puedan ser percibidos a través de serios controles que así lo evidencien de manera diáfana.


Siempre se ha hablado que el tema de las regalías debería estar a disposición de este objetivo de manera primordial, pero no ha sido posible llegar allá. ¿Hasta cuando?

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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