Más de doce años manejando o manipulando la institución universitaria y no fueron capaces de lograr la acreditación, además que por vergüenza no han divulgado  el documento enviado a Héctor Villarraga por el Consejo Nacional de Acreditación del Ministerio de Educación, el 12 de noviembre de este año. 

Documento en el cual  se le exige a la UT presentar nuevamente la documentación requerida para la acreditación y hacen unas recomendaciones que ponen de manifiesto la incapacidad de los directivos de la UT, que siguen en el poder, para lograr que la institución tenga el reconocimiento que merece y que los estudiantes necesitan.

De la lectura del documento salen algunas conclusiones que deberían servir para exigir un replanteamiento total de la UT y las investigaciones que sean necesarias. Gracias al documento se puede afirmar:

-. La UT no tiene claridad sobre su papel en el desarrollo del Tolima y del país.

-. Los estatutos de profesores y estudiantes son obsoletos en lo relacionado a temas culturales, económicos, científicos y tecnológicos.

-.La UT carece de un sistema de información adecuado a sus necesidades.

-. La UT no cuenta con el número de profesores de tiempo completo con maestría y doctorado para atender las necesidades en investigación, proyección social y gestión de 7.523 estudiantes de programas presenciales

-. La UT está corta en definir líneas de investigación y de innovación sobre los problemas de la región.

-. Falta más apoyo para que los grupos de investigación logren mayor reconocimiento nacional e internacional.

-. Es necesario mejorar la productividad académica de los profesores.

-. Faltan procesos de transformación curricular, académica, pedagógica y de investigación.

-. Falta seguimiento e interacción con los egresados.

-. El Instituto de Educación a Distancia tiene 44.066 estudiantes en diferentes sedes, con solo 22 profesores de tiempo completo y el 98.33 por ciento de los 1.319 profesores son de cátedra.

Resumiendo: la UT tiene que reiniciar su proceso de acreditación ante el Ministerio de Educación. La UT no está acreditada.

Lamentable, por decir lo menos, la situación de la UT y la suerte de los estudiantes. Estábamos mejor en los años de los galpones y de Parga Cortés, cuando la UT fue reconocida como la Universidad Agropecuaria del país y los egresados teníamos el control de casi todo el sector agropecuario a nivel nacional. No había burocracia inútil, ni nepotismo y corrupción, pero todos dábamos la pelea por la calidad académica, laboratorios, campos de práctica e intercambios. Los reconocimientos se ganaban, no se lagarteaban.

Es urgente determinar quiénes son los responsables  y estos deben asumir su responsabilidad: los que manejaron la UT como una finca abandonada durante los últimos doce años. Tigo con migo, migo con yo. Corbatas para la familia y los amigos. Corrupción venteada y elecciones cuadradas hasta con nombramientos en masa. Son los mismos que prometen continuar la obra de la administración anterior – de la cual hicieron parte- y para poder cumplir van a tener que acabar hasta con el nido de la perra.

Ya va siendo hora de un juicio al Consejo Académico por lo mucho que le toca de responsabilidad en la situación que ellos mismos crearon. Varios de ellos de paseo por el Consejo Superior. ¿Quién juzga al Consejo Superior, que solo funciona para ciertos nombramientos? ¿Cuál ha sido el papel desempañado por representantes de estudiantes, profesores y egresados en esos consejos?

Mucho luchó el Tolima para tener su universidad y convertirla en patrimonio del departamento, para que ahora unos trepadores y logreros irresponsables nos entreguen una institución en cuidados intensivos y con dolientes aletargados.

Como egresado (1964) tengo derecho a exigir un juicio de responsabilidad. Que se investigue y castigue a los responsables de la situación y que por lo menos se les distancie de la UT.