Pocas cosas perpetúan tanto la injusticia como el tratamiento discriminatorio que se da a los procesados por la justicia colombiana. Continúa operando una justicia para los de ruana y otra para los de cuello blanco; demostración clara de que los colombianos no son iguales ante la ley.  

Son muchas las razones posibles y entre ellas se citan la corrupción y la impunidad generalizadas e institucionalizadas, la politización de las ramas del poder público, leyes elaboradas para favorecer al delincuente de cuello blanco.

Cárceles convertidas en sitios de tortura, hacinamiento y violación de los derechos humanos de los pobres y sitios de recreo, que aparentan ser centros de reclusión, de delincuentes de cuello blanco. 

En las unas se sufre y en los otros se disfrutan los favores brindados a quienes tienen influencias y dinero para recreacionar sus delitos. A los pobres encanados de ruana se les niega el permiso para ir al sepelio de su progenitora y a los que recreacionan se les organizan rumbas y se les patrocina la asistencia a fiestas familiares, a costa del erario público. 

Como jodido hablar de justicia con este cuento y menos cuando se designa como magistrado del máximo tribunal de justicia a un sobrado en corrupción que le tocó posesionarse a escondidas.

Podrán hablar justicia el representante Carlos Edward Osorio y el senador Juan Mario Laserna, cuando en una demostración de cinismo y falta de respeto por el Tolima, estrenaron herraduras para aprobar al galope, la famosa noche de los micos, una reforma a la justicia para favorecer la delincuencia y que el pueblo tumbó a sombrerazos? Si hablan de defender los intereses del Tolima corremos el peligro que nos claven la corrupción como patrimonio del Tolima.

La bellaquería no es nueva. Recuerde lo que pasó con José Antonio Galán, José María Melo, Calarcá, Jorge Eliécer Gaitán, Guadalupe Salcedo, Charro Negro, los candidatos y los miembros de la Unión Patriótica asesinados con la bendición de uniformados (un general Samudio, ministro de  guerra, se quejó porque matando de a uno diario no los iban a acabar pronto), el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, los asesinatos de líderes agrarios y periodistas. 

Justicia cuando demoran más de dos décadas para condenar al criminal César Pérez y no se ha iniciado el remate de sus bienes para reparar a las víctimas del genocidio por él ordenado ¿Justicia cuando justifican los falsos positivos? Y ahora se legisla para favorecer a los victimarios, se quiere hacer creer que la ley debe proteger solo a los combatientes y no a las víctimas. 

Ya habían repartido comunión con ruedas de molino y sapos de varias arrobas con el fracasado Sistema Penal Acusatorio. Solo falta que el sacristán Ordóñez salga a protestar por la condena del criminal César Pérez y comience a repartir avales o bendiciones a los parapolíticos que están en campaña. Dizque con esa bendición se realizó una reunión política en Ibagué, a la cual muchos no asistieron por no tener prontuarios. Por entre esos vericuetos se busca la justicia.

Cantaleta.-Exagerado el ridículo del comunicado que la administración de la UT envió a través de una junta de consejeros egresados. ¿Qué es esa vaina? Estoy con usted pero conmigo. Claro que sí, pero no. Sí, pero tampoco. Solemne pendejada de quienes sin representar a los egresados quieren hacer de sacristanes de unos reciclados que se tiraron la UT y no saben para donde van.