Caminando pa´ tras

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Las cosas no están bien pero se empeoraran en el Tolima. La mayoría de los pocos pijaos que dejaron los conquistadores quedaron por los lados de Ortega, un peladero de la época bueno para sembrar ilusiones y desesperanzas.
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Cuando el peladero toma forma de pueblo apareció la politiquería que convirtió en jefes a los que sabían leer y robar cuando  descubrieron el petróleo y se jodió el cuento porque necesitaban los terrenos ancestrales de los indígenas y la mejor forma de adquirirlos era expropiándolos violentamente o quitándoselos con la ayuda de una recua de tinterillos especializados y sin escrúpulos, entre ellos,  algunos jefes políticos. 

El líder indígena caucano Manuel Quintín Lame, quien fuera golpeado en el rostro por el autor de Anarkos cuando era llevado amarrado de pies y manos, gesto muy distinto al de Pío Valencia, quien entregó a los indígenas las tierras que había heredado, por considerar que ellos eran sus legítimos dueños,organizó resguardos en el sur del Tolima y se radicó en Ortega, municipio donde murió cargando el desprecio de unos pobladores que prefirieron ser explotados y ahora se arrodillan ante el imperio de Hocol  S.A, que va  a acabar con el rastrojo. Aquí entre nos, cuánto llevan los petroleros destruyendo el medio ambiente de Ortega y la región y por qué no existe ni siquiera una obra dejada por los saqueadores?

Averígüelo el de las barbas largas, mientras indagamos cómo se negoció el desastre ecológico del Saldaña, cómo  se expidieron las licencias para acabar los recursos naturales de Calambeo. La  supervivencia  de AngloGold Ashanti no solo en Cajamarca, la vuelta de los malos pasos por los lados de Piedras y la minería en los páramos del Tolima. Nos pasan por encima y nos quedamos callados. 

Un candidato presidencial vino a discursear pendejadas a Ibagué, cuando la ciudadanía esperaba que contara como negoció el aporte de Odebrecht a una campaña presidencial. Genera más confianza un billete de tres pesos.

Un par de ex presidentes corruptos se tiran de las mechas rebuznando pendejadas, creyendo que nos convencieron de su no vinculación al narcotráfico, que les puso banda presidencial. ¡ Que pecado, con varios tolimenses untados hasta el cogote !!. Pero toca guardar silencio para no incomodar a las mafias que controlan el paseo hasta con milagros. El consuelo nos lo damos mirando lo que pasa en el país: corrupción, injusticia, pobreza, desempleo con violencia de todos los pelambres, fuerzas del orden sin control, educación virtual para formar imbéciles, carencia  de un sistema de salud que se interese por la salud del pueblo.

Una comisión de la cámara  convierte los códigos penales  en papel H, mientras los organismos de control son manejados por los corruptos responsables de muchos de los grandes males que padece Colombia y que le tienen miedo a la verdad.  

 

HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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