Milagro es milagro

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Comenzamos a caminar hasta Purima, nos tomamos una gaseosa, descansamos un rato y a seguir el camino. Pasamos por la finca de don Abel Aponte, quien nos regaló unos duraznos mientras nos mostraba unas hachas de piedra que encontró  haciendo un hoyo para enterrar un animal. 
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Y seguimos subiendo hasta llegar al altar de la Milagrosa. Una especie de ermita en piedra con una imagen cubierta de lama y sin flores. ¡Y por qué tanto abandono? Pues porque eran los ‘boyacos’ los que la cuidaban y los sacaron corriendo para robarles el ganado que vendieron en Santa ‘Chava’. ¿Y qué hizo la Policía? Pues vino a recoger los animales que quedaban para venderlos en el pueblo, hasta que trajeron al padre Méndez a decir misa y llegó con el alcalde y el Personero que prometieron hacer la escuela y construir la carretera.

Lo mismo que han prometido todos los politiqueros en campaña y la vereda sigue sin escuela y sin carretera. Claro que estos recuerdos son de cosas que pasaron antes de que aparecieran los pájaros y los chulavitas con la violencia que desocupó la vereda y los finqueros terminamos en el barrio 20 de Julio de Bogotá, donde Don Adriano García puso un granero grande, atendido por paisanos y ayudó a muchos a montar pequeños negocios.

Hasta Congolito puso una relojería donde hacía colectas para atender calamidades de paisanos y para la Vuelta a Colombia en bicicleta. Organizaba las colectas para ayudar a nuestro ciclista el ‘Gato’ Arango, el coequipero de Pedro J. La colonia unida y viviendo tranquilos. Dicen que el milagro se lo deben al Niño Dios del 20 de Julio y no a la Virgen del páramo de Santa ‘Chava’.

Ñapa: La justicia en Colombia no cojea, está inválida. Basta mirar la gangrena que le contagiaron los togados, el fiscal cianurito y ahora la babosa. Pero eso sí camina rápido contra los indígenas, los campesinos y los pobres. Hoy más que nunca, en este país, está vigente aquella célebre frase del escritor Eduardo Galeano: “La justicia es como las serpientes, solo muerde a los descalzos”.

Están asustados los grandes empresarios de la coca. Este producto va a dejar de ser el importante renglón de exportación que hemos tenido y padecido. Los gringos ya no meten coca, ahora le jalan al fentanilo. ¡¡¡Y ya llegan las elecciones!!!!!

BERRACUNDEO

HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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