Un colombiano en Miami

Hermógenes Nagles

Merecido homenaje de recordación el que tributa El Nuevo Día a su fundador el destacado periodista, Alejandro Gavis Ramírez, el santandereano que con sabiduría y fórmula mágica logró configurar, exitosamente, el primer conglomerado de diarios regionales en Colombia. Tomando como modelo su periódico insignia, Vanguardia Liberal, Galvis Ramírez fue construyendo casas periodísticas en varios departamentos colombianos dejando marca indeleble como el primer hacedor de importantes medios impresos regionales.
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Cuando en décadas pasadas me enteré que el grupo de Vanguardia Liberal se había vinculado al Tolima dotándolo de un periódico de circulación diaria y de importancia empresarial como lo es hoy El Nuevo Día, me resistí a creerlo, pues anteriores intentos de incursión de medios semejantes habían terminado en sueños truncos. El cierre de El Cronista y años después de Tolima Siete Días demostraban que Ibagué no era plaza ideal para desarrollar empresa periodística. Aquí no había lectores de periódicos, no había inversión publicitaria, sostenían también los dogmáticos del mundo empresarial. Pero Alejandro Galvis junto a Antonio Melo y otros tolimenses rompió ese paradigma e hizo de El Nuevo Día un periódico tan respetable e importante en una ciudad intermedia, ubicándolo en la lista de los grandes medios escritos como lo son El Tiempo de Bogotá,  El Colombiano de Medellín, El Heraldo de Barranquilla, La Libertad de Cartagena, Meridiano de Sucre, Vanguardia Liberal de Bucaramanga, El País de Cali y la Tarde de Pereira.

En vida, Alejandro Ramírez conformó la galería de los grandes maestros e influenciadores de la opinión pública colombiana entre los insignes periodistas don Guillermo Cano, Enrique y Hernando Santos Castillo, y Humberto Gómez  Martínez.

Bogotá, Ibagué y otras ciudades de mi querida Colombia por propagación de la Covid - 19 vuelven de nuevo al toque de queda y la obligada restricción de su movilidad ciudadana, lo cual ya no es cuarentena sino acuartelamiento de primer grado y orden de vivir confinado y convertirnos en presos en nuestras propias casas. Las noticias de defunciones de amigos y conocidos víctimas del coronavirus nos llegan todos los días. La semana pasada me conmovió el fallecimiento de don Ismael Eleazar Moreno y su esposa, Laura Lozano, padres de mis entrañables amigas y excompañera de estudio del colegio San Simon, Perla y María del Pilar Moreno. Los Moreno Lozano fueron por décadas notables miembros de la sociedad ibaguereña y del municipio de Venadillo. Como periodista tolimense es muy triste verme abocado a convertir de la mañana a la noche mi columna semanal en un obituario para registrar con gran pesar la infortunada desaparición de amigos y vecinos por obra y desgracia de la peor pandemia de los últimos siglos.

Lo increíble es que mientras el número de muertos en Colombia sigue aumentando por propagación incontrolada del Covid 19, aún no hay cronograma de inicio de la vacuna.  Definitivamente al presidente Duque le quedó grande el manejo de la pandemia, le dije esta semana a una empresaria cartagenera residente en Miami y con inmediatez ella repuso: no solo la pandemia. Le quedó grande El País.

HERMÓGENES NAGLES

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