El Congreso, entre caudillistas y concertadores

Hugo Patarroyo Murillo

Latinoamérica, está “mamada” de los ejemplos caudillistas que hemos tenido en las últimas épocas. Ésos “adalides”, “héroes”, “paladines de la Democracia”, a lo único que han conducido es al descalabro de lo poco edificado en la construcción de las naciones. Ejemplos se han visto. No es necesario hacer un recuento de ellos.
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El caudillismo es malo, venga de donde venga, ya sea de izquierda o de derecha. Es un “modus operandi” pésimo, frente a los aprietos por los que atraviesa una sociedad.  Y, si a eso se le suma el populismo, que es, ni más ni menos, prometer cosas imposibles de realizar con el propósito de obtener el favor de los electores, pues, “apague y vámonos”. En Colombia, el malestar producido por los pésimos manejos de una élite inepta ha conducido al florecimiento de ése explosivo cóctel: caudillismo + populismo. Mucha gente, en el desasosiego producido por factores económicos y sociales, está optando por aceptar esa opción política.  Y... al sumarle,  el tema sanitario, el de la pandemia, que ha conducido a un desconcierto mundial sobre el futuro de la humanidad, todo ello a lo único que está encaminando es a un factible salto al vacío, propugnado por las extremas.

Para nadie es secreto que en nuestro país, los candidatos al ejecutivo tratan de “dar línea” a los aspirantes al congreso, acorde a su orientación ideológica. De ahí la importancia de que existan grupos que pretendan llegar al Senado o Cámara, y que crean en la concertación, el diálogo, los acuerdos. 

Hoy en día, el único grupo que ha mostrado una verdadera opción de centro político, con su correspondiente cotejo, es la Coalición Centro Esperanza. Los debates en la televisión así lo han demostrado. Con todo respeto por los demás pero la participación de Fajardo, Galán, Cristo, Gaviria, Robledo y Amaya, fue impecable. Cada uno sabía de lo que estaba hablando. Sin “carreta”, sin populismo,  sin discursos “veintejulieros”, sin “babosadas”  (término que le gusta mucho a un exgobernador tolimense), sin acudir a sentimentalismos familiares que no venían al caso, etc., etc. La asociación centrista de precandidatos se lució en su intervención televisiva.

En la Coalición Centro Esperanza no hay caudillos, todo va a ver concertado en el equipo que lo conforman. Adicionalmente, ahí van a estar valores humanos como Ingrid Betancur, con su Verde Oxígeno; los de la ASI, con Berenice Bedoya a la cabeza, y los de Colombia Renaciente. Es  indudable que, el Presidente va a ser uno sólo pero, el talante de todos ellos es de conciliación, de concertación, de respeto por los demás.

Mañana lunes 13, vence el plazo para la inscripción de las listas a Cámara y Senado. Ahí va a estar reflejado el “equipo” que aspira a acompañar a sus candidatos presidenciales. El cambio, es necesario. Pero ese cambio debe ser verdadero, positivo, franco, real. No más de lo mismo.

“La cereza del pastel” la acaba de colocar Humberto de la Calle Lombana, al aceptar la cabeza de lista, para el Senado de la República en la Coalición Centro Esperanza. El exministro, exembajador, exnegociador y gran conocedor de nuestro país, ocupará el primer lugar en la nómina, de esa positiva amalgama ideológica por Colombia !!!

HUGO PATARROYO MURILLO

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