Primero lo nuestro, lo de Colombia

Hugo Patarroyo Murillo

Siempre se nos enseñó que las cosas debían tener un orden. Que debería existir un mandato de prioridades en el manejo de las situaciones, por más complejas que ellas fueren. Que, sin ánimos egoístas, se atenderían primero, los temas individuales, después, los familiares, seguido por los de la comunidad, la comarca, la región y el país. Todo ello sin afectar la esencia de lo general sobre lo particular. 
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Hoy en día, nuestro país requiere con prontitud, que se inicie la viabilidad de proyectos que son importantes para la sociedad colombiana. No se trata de estar lanzando “globos al aire”, a sabiendas que, no van a llegar a ningún puerto. Hablar por hablar (hoy twittear) no conduce a nada y, menos en cruciales momentos como los que vive nuestra región latinoamericana. Viene a la memoria una frase de el ya fallecido Rey Faisal bin Abdulaziz de Arabia Saudita que, decía: “Alá (Dios) nos dio dos oídos y una boca, para oir el doble de lo que hablamos”. Adicionalmente, el hecho de ser Presidente de un país como el nuestro, no indica el surgimiento de un nuevo “mesías”, nacido en la provincia del Magdalena, más específicamente en la Ciénaga de Oro.

Muy seguramente, los asesores de cabecera del Presidente, le indiquen que, ante el desacertado manejo en la concertación de la política nacional, se opte por “arroparse” con  asuntos internacionales que, aunque toquen tangencialmente a Colombia, le puedan dar más réditos allá que aquí. Se entiende así, “la viajadera” del actual mandatario de los colombianos. El tema es que, todo eso “tan novedoso”, “evangelizador” y “catedrático” (con lápiz y todo, en la mano ) que, el Jefe de Gobierno propone allende nuestras fronteras, no lo lleva a ningún lado. Las propuestas, un tanto descabelladas en los foros internacionales, a veces, si no producen “escozor” ( Ej: cuestión del Muro de Berlín, en  Alemania), producen desatención por parte de las delegaciones de los otros países.

Hablar de temas, como la no exploración y explotación inmediata de yacimientos petroleros en la Amazonía, lo único que provoca es, una reacción adversa por parte de gobiernos que simpatizan con su postura ideológica.  A los Consejeros, no les sobrará argumentar que, el calentamiento de las aguas del Océano Pacífico y, su consecuente fenómeno de “El Niño” que, induce  el verano  que afecta a nuestro país,  se deba, principalmente, a que no le prestaron atención a los postulados del Sr. Petro, en las reuniones internacionales.

Indudable que, la transición energética mundial se deba dar, es algo que no tiene “reversa” pero…. hay que saberla hacer. No es, a “los sombrerazos”, como es lo usual de éste gobierno, en el plano nacional. Es por ello que, la única reforma que le ha pasado es la Reforma Tributaria que, estando en manos de un ministro como José Antonio Ocampo, logró su aprobación en el Congreso Nacional.

Estando el país como está, con una inseguridad desbordada, debida fundamentalmente al desconocimiento de la institucionalidad, promovida por el gobierno de turno, es importante que el señor que está a cargo del timón del barco, sepa sortear las turbulencias y se dedique a superar los problemas socio económicos de los colombianos y después, de ser exitoso aquí, mire a ver si le queda tiempo de arreglar la situación del mundo. Definitivamente, primero, Colombia!!!

HUGO PATARROYO MURILLO

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