El meteórico ascenso de William Ospina

Hugo Patarroyo Murillo

Con todo respeto por las candidatas que quedan, no cabe la menor duda que, por primera vez, el Tolima tiene  “un candidato de lujo”, como diría un expresidente conservador que, visitó hace pocas semanas a Ibagué. 
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El exprimer mandatario decía a un grupo de amigos que, no entendía, el porqué los tolimenses no reconocían el nivel intelectual de una persona con tan altos y aquilatados valores profesionales, académicos y éticos, como los que acompañaban a William Ospina. 

Pues bien, a una semana de las elecciones, los electores tolimenses han reaccionado y, el voto de opinión por William Ospina, aparece como una verdadera alternativa, real y efectiva, para competir por la Gobernación del departamento. 

Atrás quedó el clientelismo que, al decir de Sergio Fajardo, es “la puerta de la corrupción”. La venta de la conciencia, vá quedando a la zaga en la recomposición mental de los tolimenses. Ya… no vale el billetico  “morado”,  o “el Lleras” o, el “bultíco” de cemento, o las tejas, o las mangueras, para respaldar a tal o cual candidato (a). La gente estaba hastiada de la corrupción y no veía “luz al final del túnel”. Hasta que, de un momento para otro, aparece una figura impoluta y trasparente como la de William Ospina, ofreciendo sus servicios al departamento a cambio de nada. Y… ahí se altera la película.

Avalado por la Liga Anti-Corrupción, el Partido que enfrentara al Pacto Histórico de Petro en las pasadas elecciones presidenciales, William Ospina ha logrado configurar el respaldo ciudadano de tolimenses de todos los matices políticos, de todos los sectores de la ciudadanía, de todas las variables de opinión.  Votarán por el candidato nortolimense, rojos, verdes, azules, amarillos, morados, naranjas, etc, etc,  y  los sin color. Ospina está liderando un movimiento ciudadano que, se pudiera ubicar dentro del concepto de “mayorías silenciosas”, o sea, aquellos individuos que, “no tragan entero”, que no se dejan manipular por la contaminación visual de los ríos de propaganda y que, votan a conciencia; pero que, adicionalmente, no hacen ruido y son poco amigos de los “shows” mediáticos.

Una de las posiciones bien interesantes  en la candidatura del famoso escritor, es el respaldo a la crítica por parte de muchos “paisanos”, a ésa soterrada complicidad o connivencia que, se ejerce entre algunos “Jefes” políticos de la región y candidatos a las alcaldías de cuantiosos municipios del Tolima.  Al decir de la Real Academia de la Lengua, “manguala” es un término coloquial en Colombia, que quiere decir: “confabulación con fines ilícitos”, y eso es precisamente lo que se da por estos lares. El “Gran Jefe” acuerda con un candidato, sea cuestionado, investigado o imputado, (es, lo de menos) su apoyo económico a cambio del compromiso de una posterior reciprocidad en la contratación pública. Eso es lo que no tolerará William Ospina: los malos manejos con los dineros de los tolimenses. Es increíble que, en un departamento tan rico como el Tolima, la plata no alcance sino para lo mínimo y a veces para nada.

El movimiento de Ospina, no es contra nadie. Es la clara interpretación de la ciudadanía tolimense que anhela, muy rápidamente un “CAMBIO Y… NO MÁS DE LO MISMO”. Asistimos a una “oportunidad de oro”, para modificar el rumbo del futuro de nuestra sociedad. Definitívamente,  ésto se logra es con WILLIAM OSPINA – GOBERNADOR DEL TOLIMA !!!

 

Hugo Patarroyo Muriilo

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