Evocación

Hugo Rincón González

Hay hechos que se recuerdan con aprecio y afecto. En julio de 2017, hay uno que está presente en mi memoria por su significado. Se trató de un evento inédito para el territorio y para la institución que lo promovió.
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Por primera vez un hermoso espacio geográfico que estuvo relacionado con la confrontación armada, -el Cañón de Las Hermosas-, vio llegar a quienes en ese momento constituían la junta directiva de una organización creada para promover el desarrollo y la paz del Tolima -Tolipaz-.

 La Corporación Desarrollo y Paz del Tolima -Tolipaz-, decidió que era un buen gesto para afianzar el mensaje de consolidar la reconciliación y la convivencia entre los tolimenses, desarrollar una reunión en la Institución Educativa Álvaro Molina de la vereda Santa Bárbara del municipio de Chaparral. Lo emblemático de este evento no solamente era la decisión de hacerla en donde se ensañó el conflicto armado, sino también de llevar a toda la institucionalidad que constituye la junta de esta corporación, presidida en su momento por el más alto jerarca de la iglesia católica en la región, el arzobispo de Ibagué de la época, monseñor Flavio Calle Zapata, quien le extendió la invitación al señor obispo de Espinal en su momento, Orlando Roa Barbosa.

Digo que recuerdo con afecto este hito en la historia de Tolipaz porque tuve la oportunidad de realizar ese recorrido con ambos jerarcas de la iglesia. Salimos de Ibagué muy temprano para llegar a desayunar a Chaparral. Luego empezamos el ascenso por el Cañón de Las Hermosas bordeando los precipicios impresionantes que existen y disfrutando de los maravillosos paisajes que se pueden apreciar y que, de consolidarse la paz, podrían ser un activo estratégico para el desarrollo del ecoturismo y el turismo rural.

A bordo del vehículo monseñor Flavio Calle nos contó historias sobre su labor como gestor de paz en varias regiones y del gusto que tenía de presidir una institución como Tolipaz y de hacer parte de la comisión de reconciliación regional. Lo anecdótico, lo bello del recorrido es que la población del cañón estaba informada del ascenso a su territorio de los dos jerarcas de la iglesia y al borde del camino improvisaron varios altares como muestra de su fe y creencia.

Fueron varios los momentos donde los dos jerarcas descendieron de la camioneta para abrazar la feligresía, compartir con ellos y tomarse fotografías que los campesinos les solicitaban. En cada parada hicieron una oración encomendando a las personas y al territorio para que el altísimo permitiera la consolidación de la tranquilidad que ya se respiraba.

 Luego de estas paradas en el camino, llegamos a la Institución Educativa de Santa Bárbara donde nos esperaban la comunidad educativa, el presidente de la junta de acción comunal, los miembros de las organizaciones sociales y comunitarias del cañón. Allí se celebró la reunión ordinaria de la junta directiva de Tolipaz y luego de la misma se hizo una eucaristía celebrada por los dos obispos. Fue un momento importante para la espiritualidad de todos los asistentes. El ruego era por la consolidación de la paz y la concordia entre los tolimenses y los colombianos.

 Este recuerdo lo traigo al presente ahora que monseñor Orlando Roa Barbosa acaba de posesionarse como nuevo arzobispo de Ibagué, sucediendo a una persona tan querida como monseñor Flavio Calle Zapata, promotor ferviente de la paz.

Finalizo esta evocación trayendo a colación una frase que una campesina en la emotividad que rodeó la eucaristía celebrada por sus Excelencias, exclamó: “Qué bueno sería que estos dos altos representantes vinieran más seguido por aquí para que en Las Hermosas veamos un nuevo renacer, uno donde se consolide la paz que gracias a Dios se está viendo ahora”.

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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