Minga y resistencia

Hugo Rincón González

Las imágenes que se han visto del recorrido que realiza la minga indígena, campesina y afrodescendiente que salió del departamento del Cauca en cada pueblo y capital, son de alegría y alborozo de la gente en su recibimiento, en saludo.
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Sin duda esta movilización multiétnica y multicolor en las chivas que recorrerán cientos de kilómetros hasta llegar a Bogotá donde solicitan un encuentro con el presidente Duque es el símbolo de la lucha y la resistencia de los pueblos ante los embates de la violencia que sacude sus territorios.

Desde la orilla del partido de gobierno se han hecho todo tipo de señalamientos que buscan estigmatizarla y señalar supuestos infiltrados que buscan generar el caos en su arribo a Bogotá. Desde la prensa, cuyos dueños son los grandes grupos económicos, se ha hecho todo un cubrimiento intentando satanizar la protesta justa de estos grupos sociales y étnicos. Ha sido tan evidente el interés que tienen de frenar la movilización indígena que varios senadores del Centro Democrático radicaron una acción popular buscando evitar la llegada de estos por supuestamente violar los protocolos del Covid-19.

Para algunos opinadores, líderes gremiales y periodistas, no es el momento de realizar estas movilizaciones por la presencia de la pandemia porque según ellos esto arriesga la reactivación económica que requiere el país. Según los propios indígenas estas posturas lo que ponen de presente es que para ciertos sectores políticos y económicos nunca es un buen momento para la movilización y la protesta social y si lo que quieren manifestar es el riesgo sanitario, el peligro es que la gente se contagie de la dignidad que ellos reivindican.

Decía anteriormente que el recibimiento de los municipios por donde pasa la minga ha sido de alborozo. En Cajamarca e Ibagué se vieron cientos de personas saludando la minga, sacaban banderas, aplaudían su paso y reconocían que hoy por hoy son el movimiento social más importante que existe en el país. Resisten en sus territorios la violencia que se ha ensañado con ellos proveniente de todos los grupos irregulares que hacen presencia sin que el estado muestre una real capacidad de garantizar su seguridad.

¿Pero qué reclama la minga? Los indígenas exigen al gobierno el cumplimiento de los compromisos pactados en años anteriores que tienen que ver con la defensa de la vida y de sus tierras como temas centrales. Han pedido un diálogo directo con el presidente que hasta el momento se ha negado, supuestamente porque la minga tiene un propósito político. Para Duque es más importante reunirse con Maluma o recibir un diplomático estadounidense que recibir a los indígenas. Ellos fueron importantes en su campaña política para la elección presidencial donde posaba abrazándolos y prometía ser el gobernante que mejoraría sus condiciones de vida. Hoy aparece como un presidente distante, arrogante e indolente frente a las necesidades de los sectores más vulnerables.

Veremos cómo se desenvuelve este movimiento que se juntará con los estudiantes, campesinos, educadores y sindicatos en la gran jornada del paro nacional de este 21 de octubre. Se espera que haya garantías para la movilización pacífica, además de una voluntad de diálogo, concertación y negociación de la agenda social con los diferentes sectores.

La minga es ícono de resistencia social, es ejemplo de dignidad y sus reivindicaciones deben ser atendidas como un sector que merece la atención del gobierno y que resuelva sus necesidades y problemáticas. Los indígenas no deben ser importantes solo en los momentos electorales, sino que deben ser reconocidos como pueblos que tienen que vivir dignamente. Por todo lo que reivindica la minga indígena que es pacífica, cultural y digna, ellos y otros grupos sociales excluidos y olvidados gritan con alegría: fuerza, fuerza.

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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