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En la última encuesta de Guarumo-Ecoanalítica, al preguntar a los 2.122 actores sociales o encuestados, sobre cuál debería ser el foco de la atención de los candidatos presidenciales en caso de ganar las elecciones, la educación ocupó el cuarto lugar, después del desempleo, la corrupción y el innombrable virus. Entonces es relativamente satisfactoria la información, frente al hecho de que en otras encuestas, el tema de la educación ocupó lejanos lugares.
En el caso de la encuesta de la Universidad del Rosario Cifras y Conceptos, aplicada a la población de jóvenes , a través de una muestra de 2.517 actores sociales, divulgada el 29 de noviembre del 2021, presenta datos sobre la percepción que los jóvenes tienen acerca de los principales problemas del país y en ella la “falta de acceso a la educación superior”, que se ubica en el séptimo puesto, después de la falta de empleo, la inseguridad, las demoras en la atención de la salud, la corrupción, la desigualdad y la pobreza.
Otros datos dan cuenta del poco interés por la educación, hecho alarmante, puesto que cuanto se diga en discursos de campaña y en los resultados de las encuestas, condiciona el comportamiento de los futuros mandatarios, con relación al escenario educativo del país y en nuestro caso particular del departamento del Tolima e Ibagué.
Ha sido difícil lograr un imaginario colectivo por lo menos básico, sobre planteamientos que se deben tener en cuenta para avanzar en el sistema escolar hacia las transformaciones que son una necesidad urgente más hoy después de la pandemia y en la era de la inteligencia artificial donde incluso ya contamos con metaversos. ¿Acaso es el modelo educativo arraigado? ¿Es el modelo de financiación centrado en el gasto de personal y poco en la intervención sobre los factores de la calidad educativa y de pertinencia, que tiene que ver con las necesidades de formación para el siglo XXl ?
Existen suficientes resultados de investigación, artículos científicos, libros, pero parecen invisibles ante los ojos y las acciones de nuestros legisladores, en el país.
El 24 de enero ha sido establecido por la Unesco, como el día internacional de la educación y un lema : “Cambiar de rumbo y transformar la educación”.
Sin embargo, en Colombia no se ha dicho nada al respecto, pareciera que el gran campo de la Educación, no es asunto prioritario y en consecuencia hiciera parte de la estratósfera.
Es necesario que se conozcan las 8 estrategias claves que la Unesco y otros organismos internacionales han planteado sobre el futuro deseable de la educación. No hay satisfacción general sobre la marcha del sistema educativo colombiano y, sería ideal que nuestros líderes políticos en campaña electoral, hagan sentir su interés por lo educativo y se conviertan en voces pletóricas para el desarrollo de nuestro departamento, aportando a una educación que no debe seguir en lo seco, como lo plantea el filósofo Guillermo Hoyos.
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