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Los agentes de Policía que acompañan el fin de semana el lugar, ofrecen la tranquilidad que se ha venido perdiendo en otros lugares de la ciudad, dado el número indiscriminado de indigentes y delincuentes que se han asentado en nuestra ciudad, procedentes de otros departamentos quienes llegan motivados por la confianza y generosidad de sus habitantes.
Igualmente nos alegró ver personal del Gaula, transitando y vigilando el sector, con espíritu preventivo en un Domingo de Ramos.
Del diálogo con agentes de la Policía, distribuidos a lo largo de la vía del Cañón del Combeima, es fácil percibir la concepción humana que cada uno de ellos tiene en sus mentes, dirigida a proteger la vida de los ciudadanos y, en este caso, a orientar la prestación de un servicio eficaz, en sitios apropiados para el turismo de bajo costo.
Hay unidades policiales dedicadas a promocionar el turismo y eso engrandece la labor de la Policía.
Igual de emocionante, observar jóvenes de la Institución Educativa Ambiental Combeima, quienes, en cumplimiento del Servicio social, recogían del sendero los plásticos, botellas y demás, que los visitantes con poco sentido de pertenencia y respeto por la naturaleza, arrojan sin pudor. Esto tiene que cambiar en los comportamientos de cada quien, no más basuras al suelo, el ambiente es de todos, la naturaleza es nuestra.
Pienso que esta Semana Santa, debe permitirnos reflexionar sobre lo positivo, empoderarlo y reconocerlo. Igualmente hacer introspección sobre aquello negativo para transformarlo desde nuestro ser.
No es difícil observar hechos que merecen aplausos, encontrar lo bueno que hay en el otro, en los otros, en las administraciones, en la función pública en general y reconocerlo.
Es tranquilizador poder tomar el aire puro de la mañana en un espacio privilegiado como el Cañón del Combeima, con un buen trayecto pavimentado, señalizado, dando espacio al ciclismo, que requiere comportamientos éticos en la vía para el cuidado de sí como ciclista y el cuidado del otro, como conductor de carros o motos; la vida de los peatones, la seguridad de todos en la vía, depende de los actos preventivos que en general tenemos que apropiar.
La utilización adecuada de las luces, para protección de los más vulnerables, en este caso los ciclistas y peatones, deben ser usadas correcta y generosamente, solo así todos podremos disfrutar de un paisaje reconfortante y mágico.
Son muchos los lugares con los cuales cuenta Ibagué, para el deporte matutino, sin embargo, hay que pensar en el acompañamiento policivo necesario como por ejemplo en la zona peatonal y bicicarril de la Samaria, con mayor frecuencia. También acompañamiento en la zona protegida de la vereda La Coqueta que llega a la vereda Cay, el cual es todo un paraíso, desafortunadamente con permanentes atracos que gritan y exigen la presencia de las autoridades policivas.
Es una semana para pensar en la importancia de cumplir con obligaciones ciudadanas donde se reclame unos a otros el respeto y la cordura como virtudes que desde su corazón intentan ser justos con la naturaleza, con sus coterráneos, para que a conciencia comprenda cada uno la importancia de respetar y proteger la vida, la naturaleza, su terruño.
Feliz Semana Santa en familia.
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