El Cañón del Combeima

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Ibagué cuenta con un hermoso espacio geográfico que es el Cañón del Combeima, su clima, la flora y la fauna, el imponente nevado del Tolima, son atractivos que deben protegerse y mantenerse por el bien de la naturaleza y como zona de protección natural.
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La vía hacia el Cañón del Combeima, como bien lo dicen los letreros, prioriza a los ciclistas, hecho que compromete e implica respeto de los conductores de vehículos para proteger la vida de todos.

Sin embargo, nos preocupa el corte indiscriminado de árboles que encontramos por el camino. Más allá de Juntas, las sierras de metal que acompañan el paseo matutino, inclementes derriban uno y otro árbol.

Los transeúntes se escandalizan, llaman la atención y la respuesta de quienes derriban los árboles no se entiende. Esto es la tala del bosque y exige una inspección urgente.

Por otra parte, El Rancho, que se convierte en un tesoro para el disfrute  de los  termales, por ser justamente un lugar recordado y añorado por turistas locales y extranjeros de todas las edades,   no permite el ingreso de visitantes. No es posible que una atracción natural esté cerrada al público.

El llamado es para que las autoridades ambientales garanticen el ingreso al lugar y aporten el valor agregado a los turistas, del tránsito a los termales El Rancho, como una opción que se aprecia y reconoce a nivel glocal (local y global), más aún, cuando el Cañón del Combeima se ha convertido en un lugar gastronómico por excelencia y ha contado con la intervención oportuna en sus vías y señalización, que aún cuando es necesario seguirlas adecuando, los comentarios son positivos e incluso la actitud de quienes transitan en vehículos es preventiva, amable, empática.

La disponibilidad de espacios agradables transforma el espíritu e invita al respeto. Complace observar como unos y otros se desarman cuando conducen y sus palabras y acciones dan cuenta de la condición humana más proclive a las buenas actitudes, que deben ser una constante de cada quien, independientemente del espacio en el cual se ubique.

Es de exaltar el estado de la vía. Está pavimentada hasta Juntas, lo cual hace más agradable su tránsito, a pesar de algunos baches.

La invitación igualmente es para que todos los ciudadanos  piensen en respetar las vías, evitar los accidentes, ponerse en el lugar del otro y pensar que quien va en una condición más vulnerable, puede ser su propio hijo o usted mismo. Tener claro que la vía exige el cuidado de sí y el cuido del otro.

 

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INDIRA ORFA TATIANA ROJAS

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