Una indignación creativa

libardo Vargas Celemin

El escritor y diplomático Stéphane Hessel, héroe de la Resistencia francesa y uno de los redactores de “La Declaración Universal de los Derechos Humanos”, publicó el libro “Indignados”, un llamamiento a las juventudes universales para que asuman su papel.
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Este texto fue la inspiración del famoso movimiento “15 de mayo” (15-05-2011) que se tomó pacíficamente las plazas de las ciudades españolas, bajo consignas como: “No somos marionetas en manos de políticos y banqueros”. Durante varios meses los jóvenes dieron ejemplo de organización, disciplina e investigación; desnudaron la corrupción y el apetito voraz del sistema financiero; al igual que la incapacidad del aparato político y administrativo del Estado para solucionar problemas como el desempleo, la salud y la educación.

Hessel consideraba que la peor actitud de los jóvenes “es la indiferencia (…) si os comportáis así, perderéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue”. Un hombre de noventa años, trazaba así el camino de la acción para que los jóvenes alcanzaran sus proyectos de vida. Primero España, siguió Grecia, Francia, Bélgica y su réplica llegó hasta Wall Street en 2017. Los éxitos de estas manifestaciones se dieron básicamente por la justeza de las peticiones y por la forma en que desarrollaron la protesta. El mismo Hessel había escrito: “La violencia da la espalda a la esperanza” por eso las formas organizativas respetaron este principio.

El momento por el que atraviesa el Paro Nacional resulta propicio para que los jóvenes colombianos, que han estado jalonando la protesta, reflexionen sobre su papel y, gracias a su gran capacidad creativa, adelanten acciones que aglutinen a los demás participantes y tiendan puentes de encuentros anteponiendo odios y resquemores generacionales para enfrentar las “jugaditas” del gobierno falaz y de una clase política descompuesta, pues mientras en los barrios populares asesinan jóvenes, ellos están negociando sus votos, para apoyar las reformas maquilladas, sin que hayan tenido en cuenta a los verdaderos protagonistas.

La claridad conceptual y el diagnóstico que tienen los jóvenes de nuestra realidad sorprende, cuando los medios les dan espacio para expresarse. Dicen sus verdades con argumentos sólidos, no tienen las ansias desaforadas como los politiqueros tradicionales, ni los ha tocado el oportunismo de algunos “sindicalistas”. Ellos no olvidan las luchas anteriores. Se movilizan por la verdadera democracia; el cumplimiento de los acuerdos de paz y la derrota de la pobreza con todas sus secuelas. Saben que esto solo se logrará con un cambio estructural del modelo que nos aplican.

Solo los jóvenes indignados, pero inteligentes, podrán transitar por los caminos que hagan posible las utopías, pero sin olvidar las palabras finales del libro de Hessel: “Crear es resistir, resistir es crear”.

LIBARDO VARGAS CELEMÍN

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