“El aprendiz”, segunda parte

libardo Vargas Celemin

La democracia norteamericana, que posa de ejemplo para el mundo, acaba de emitir el primer capítulo de una serie indefinida, con la protagónica imagen del mismo presentador de “El aprendiz”, Donald Trump, esta vez en el papel de acusado de treinta y cuatro delitos que giran en torno a una aventura extramarital que no se considera ilegal, pero sí la forma en que pretendió acallar a la antagonista con un cheque que no salió de sus cuentas personales, sino de los fondos de la campaña para la presidencia, situación que constituye, según los expertos, un delito grave. Se trata de algo así como lo que nuestros códigos tipifican como alteración de documentos públicos.
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El reparto del nuevo programa sufrió unos cambios drásticos, esta vez no son los grupos de empresarios los que van por el botín de “250.000” dólares, sino una mujer  que aprovechó su belleza  y sensualidad para despertar la libido del viejo magnate que no dudó en caer rendido ante la despampanante Stephanie Gregory  Clifford, más conocida en el mundo  del espectáculo como Storny Daniel, una cotizada actriz porno que tuvo una ascendente carrera desde “estriptisera” en su juventud, hasta guionista y empresaria y hoy a sus cuarenta y cuatro años sigue mostrando sus exuberancias al mundo entero y su inteligencia para tener contra las cuerdas a uno de los hombres más ricos de los Estados Unidos.

Entre los actores de reparto figura Juan Manuel Merchán, un hombre que nació en Bogotá, una ciudad gris, llena del humo del carbón mineral, de carteristas y de los gamines de la época que atestaban las calles. A los seis años de edad su familia lo trasladó a los Estados Unidos y allí estudió duro hasta vincularse a la fiscalía y ser actualmente juez interino de la Corte Suprema de New York, seleccionado para orientar las audiencias y enfrentarse con el temperamento agresivo del protagonista de esta serie. Otro actor secundario que adquiere protagonismo es Michael Cohen, exabogado de Trump y quien entregó los 130.000 dólares a Storny Daniel, hecho que lo llevó a la cárcel por tres años y ahora es el principal testigo contra Trump.

Los extras se cuentan por millones. Turbas en distintas ciudades se movilizan, los medios no pierden ni siquiera un parpadeo de la figura hierática del acusado. Algunos expertos están hablando que este caso va a durar más que uno que todos conocemos, cuyos abogados lo han enredado tanto que ya han transcurrido más de treinta meses desde que la Corte ordenó “arresto domiciliario” al expresidente y todavía no se ha definido si va o no a juicio.

La serie de “El aprendiz dos” dará para rato y al final la justicia, como siempre, quedará burlada ante el poder económico y político.

 

LIBARDO VARGAS CELEMÍN

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