Identidad y cultura

María Yolanda Jaramillo G.

Dra. Diana María Londoño Gómez, secretaria de Cultura municipal.
PUBLICIDAD

El requerimiento presentado a su consideración, sobre el patrimonio cultural histórico de los bienes culturales que se encuentran en descuido, en pleno centro de Ibagué, es la razón central de esta columna, y de varias columnas. Soy consciente de reconocer aciertos que la Administración ha tenido sobre varios temas que han permitido promocionar a Ibagué como capital musical (festivales y conciertos), eventos que fomentan su condición turística. 

Considero lamentable que la Secretaría de Cultura, como dirección de fomento a las prácticas artísticas, culturales y del patrimonio, haya descuidado la valoración debida representada en los bienes culturales -  históricos, que hacen parte de nuestra identidad, y se encuentran en pleno centro de la ciudad. 

El patrimonio es un “activo social”, que tiene sus raíces en el pasado, el cual debe perdurar en el presente como activo social de memoria histórica, lo cual legitima nuestra identidad, que encarna las tradiciones vivas, que muestran la naturaleza, mentalidad, carácter, genio y estilo de la memoria de los pueblos en sus rasgos espontáneos que van tejiendo la “cultura”, la cual se expresa con creatividad e ingenio, que dimensiona en su plenitud la vida humana, prevaleciendo lo humano-espiritual, que supera los estados primitivos y rutinarios de la cotidianidad del ser. 

Hoy se ha superado lo estandarizado como “usos y costumbres” como el reconocimiento de lo que es identidad, que no es algo dado o fijo, la identidad se construye y fluye, habilitando el pasado, que recoge el presente, para ser redimido en el futuro. Esta es la función esencial y trascendental  del “patrimonio heredado de nuestros mayores”, lo cual exige que en el patrimonio cultural, en sus diversos ámbitos (arquitectónico, artístico, ambiental) debe prevalecer la belleza, el orden y la limpieza, como requisitos fundamentales de las “exigencias culturales”, las cuales estoy solicitando a la Administración Municipal, como compromiso responsable y en forma solidaria, salvaguardar nuestro patrimonio, frente a las generaciones presentes y futuras, a las que se debe transmitir con toda la riqueza de su autenticidad. Los bienes culturales que reclaman atención de la Secretaría de Cultura son: 

-El monumento de Simón Bolívar, en el parque que lleva su nombre, se encuentra en deterioro y desvalijado. Convirtiéndose en nada más contrario a la voluntad general que lo considera como el Libertador y Padre de la Patria, además contradice  el esfuerzo de los docentes, por cumplir su misión de educadores. 

- El siguiente patrimonio olvidado, que lleva el nombre del insigne tolimense Darío Echandía, en donde no existe nada que lo identifique como un espacio cultural, que exalte su memoria. 

- La Plazoleta Santa Librada, sitio de la memoria de nuestra raza indígena, en la escultura de “Dulima”, que representa los mitos de identidad ancestral, lugar cultural que se contradice con unas placas de homenaje a ilustres personajes que se destacaron en su contribución, a que hoy nos reconozcan como ciudad musical (Leonor Buenaventura, Amina Melendro de Pulecio y Manuel Antonio Bonilla), deberían ser reubicadas en el sitio adecuado. 

Este es un llamado muy respetuoso a la Administración municipal, para que la nueva Administración no herede esta situación desfavorable en la cultura de Ibagué. 

 

María Yolanda Jaramillo

Comentarios