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Su intención es impulsar, la acción evangelizadora, que exige la dinámica del siglo XXI. La Iglesia da el paso, a una nueva evangelización integral, asumiendo métodos y estrategias, para responder a las nuevas realidades urbanas y rurales; encendiendo su luz, hacia un estado de conciencia superior “renovación y crecimiento espiritual”, a través de la unión y la fe, que conduce a un proceso de evangelización con esperanza, que dé respuesta a los retos que platea el mundo de hoy.
Para ello, Monseñor Orlando, en su Séptima Carta Pastoral anima a seguir el ejemplo de San Pablo, como hombre convertido, a un Apóstol dinámico, un servidor sin cansancio, conocido como el “Apóstol de los gentiles”, no ahorró esfuerzo para llegar a lugares distantes, con el anuncio del evangelio.
Su generosidad Apostólica lo llevó a manifestar “Para mí la vida es Cristo” expresado en la comunidad que lo veía, trabajar servir y amar. Igualmente monseñor Orlando se ha dedicado a trabajar, servir y amar a la comunidad cristiana, que peregrina en el Tolima. Quiso escoger como lema de su episcopado, para que él, y todos podamos y queramos decir “Para mí la vida es Cristo”, es la motivación (o símbolo) del plan Arquidiocesano que empieza con el anuncio de Jesucristo en el año 2024.
Y posteriormente el anuncio del Espíritu Santo en el 2025. Se cumple así, lo expresado en el Concilio Vaticano II con su Santidad Juan XXIII “Consumada la obra que el Padre encomendó a realizar, al hijo sobre la tierra, fue enviado el Espíritu Santo, el día de pentecostés, a fin de santificar indefinidamente a la Iglesia”.
“La Gloria del Padre está en que de mucho fruto, y sean mis discípulos” Juan 15,8
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