Articulación y acción

Óscar Barreto Quiroga

En términos de lo público más allá de las alianzas políticas para ganar unas elecciones, se hace necesario plantear desde los programas de gobierno una seria articulación que determine las acciones  en un plan de desarrollo, en un plan de acción y por supuesto en la ejecución, es decir, en los hechos.
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 Los ciudadanos cada vez más desanimados por la falsa retórica, que seduce solo para buscar réditos electorales, se han hecho más exigentes a la hora de tomar decisiones, se han vuelto menos emocionales cuando de escoger quienes los representarán en el ejecutivo y en las corporaciones se trata. Hemos avanzado ciertamente a una sociedad más informada, pero también más proclive al consumo mediático, que ha tenido que adaptarse a unas nuevas formas de informar y de comunicar, en un contexto social donde la capacidad de síntesis se hace necesaria por contundencia y eficiencia comunicacional. 

Elegir por ende identidades programáticas, políticas y sociales se hace necesario, en medio de tanta confrontación y diferencia de criterio frente a concluir lo que es importante y urgente para nuestra sociedad. El Tolima e Ibagué tienen la gran oportunidad de elegir un gran equipo, marcado por la experiencia en lo público, una buena formación y evidencia real de lo que se viene haciendo y se debe hacer. 

Recorrer un camino Unidos que nos permita reafirmar el “Matiz” de esperanza a los tolimenses, en el marco del ejercicio de las libertades que defendió “Bolívar”, hoy más que nunca puestas en peligro por la inseguridad, se hace prioritario. Por eso mi invitación a revisar las propuestas, los programas de gobierno, el contenido, más allá de esas voces que insultan queriendo solo despertar el odio sin proponer, queriendo solo confrontar sin saber o conocer qué es lo público, cómo se aborda y cómo se desarrolla. 

El problema ético de nuestro actual contexto social, yace en la desistucionalización del comportamiento ciudadano, ese que reemplaza la justicia por las redes sociales, el ejercicio de autoridad por la imposición tiránica o el dolor por el show mediático. Es el momento de las realidades, de las verdades que elijan a los más experimentados, capaces y conocedores de lo público, no es el romanticismo emocional el que resolverá los problemas del Tolima, menos la postura que busca engendrar odios y confrontación para ganar elecciones. El voto libre, informado y a conciencia, es el que debe imperar, en la entrega del mandato popular. Ojo con las elecciones de octubre, se convertirán en un gran referéndum social, el cual hay que observar con inteligencia y una gran prudencia.

ÓSCAR BARRETO QUIROGA

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