El hombre que recuperó la confianza de Colombia en la Policía

Me tomó por sorpresa la renuncia del General Óscar Naranjo de la dirección nacional de la Policía nacional, había escuchado que él estaría al frente de la institución hasta finales del 2012.

Y sin indagar en los detalles que lo llevaron a tomar dicha decisión, en particular, me pasa lo que supongo le ocurre a millones de colombianos con su retiro de la fuerza a partir del próximo mes de julio; me embarga un sentimiento de gratitud para con él y de tranquilidad para con el futuro de la entidad.

El general Naranjo logró con su actitud respetuosa y diligente para con la Nación y sus superiores, recuperar la confianza de Colombia en la Policía como institución legítima.

Para ningún colombiano es desconocido de los antiguos comportamientos que empañaron la entidad, atrás, en la historia quedaron aquellas situaciones que debilitaron a la institución e inclusive al Estado.

Al contrario de lo que ocurría hace años, hoy la fuerza pública posee altos índices de favorabilidad y aceptación de parte de los colombianos, y aunque existen actos individuales de corrupción, estos son precisamente eso, actos individuales, que para nada pueden generalizarse en la entidad.

Creo que de eso es consiente el país, como también que aún falta mucho por hacer para fortalecer plenamente la entidad y así poder alcanzar altos niveles de seguridad ciudadana y bajos índices de delincuencia.

Así púes, reconociendo la labor del saliente director, el tamaño de la tarea de quien lo suceda es grande, como también su responsabilidad para con la democracia y el servicio ciudadano.

Quienes profesamos respeto por las instituciones de la patria y esperamos que estas sean absolutamente legítimas para que cuenten con el apoyo y respeto del pueblo colombiano; sentimos orgullo por un funcionario público que nunca olvido que lo era, quien con cada opinión pública que emitía dignificara su papel, y quien mediante el ejemplo lideró a miles de policías indicándoles el camino honesto a seguir. Tal vez por ese motivo fue catalogado el mejor policía del mundo.

No cabe duda que gracias a lo anterior, el país tiene el convencimiento que el ejemplo del General deberá impactar de tal manera en sus hombres para que sea suficiente garantía de tranquilidad sobre el futuro de la Policía como institución democrática y legitima.

Sin embargo, conociendo la idiosincrasia colombiana no faltará quienes critiquen la gestión del General, y aun así, a pesar de ellos, será muy difícil que no lleguen los honores y reconocimientos para él.

De mi parte, como ciudadano colombiano, tal vez lo único que podré hacer es decirle desde esta columna: Felicitaciones General Óscar Naranjo por el papel desempeñado al frente de la Dirección de la Policía Nacional durante estos cinco años y gracias por devolvernos la fe en esta institución nacional.

Credito
Jaime Eduardo Reyes

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