Un hombre que vivió de prisa

Ser hijo de Jaime Pava, era sin lugar a dudas su gran honor, como para Jaime Pava era un gran orgullo tener a un hijo como Henry Pava Camelo. Lo afirmó porque se lo escuche a los dos, y debo decir que lo oí durante las cantadas de boleros y rancheras, en aquellos momentos en donde realmente se expresan los sentimientos.

Tuve la suerte de conocer a Henry durante la etapa del retiro del senador, en esa en la que no lo acosaba los escrutinios de votos, aquellos momentos en los cuales se combinaban los consejos de padre y de mentor.

Henry Pava Camelo fue de esos hombres que viven de prisa. Así fue su carrera política y así fue su carrera periodística. Por no hablar de su vida amorosa, la cual también vivió a plenitud.


Desde muy temprana edad se codeó con los líderes políticos más importantes del país, hecho que le permitió potenciar sus capacidades de dirigente político. Su líder fue Álvaro Gómez Hurtado. Durante los últimos años respetaba y seguía a Álvaro Uribe Vélez.


Su capacidad de oratoria y sagacidad política le permitió convertirse en un referente político del Partido Conservador en el Tolima.


Durante finales de los ochenta y principios de los noventa la elección de alcaldes y gobernadores tuvieron que ver con él. Ser hijo del Senador nunca fue sinónimo de un camino fácil para alcanzar sus escaños políticos, por el contrario en ocasiones dicha condición generaba reparos de sus compañeros de movimiento.


A Henry Pava Camelo le tocó vivir la política en una época de grandes transformaciones institucionales.


Nunca nos contó que lo motivó para no regresar al Congreso después de haber sido Representante a la Cámara. Intuyo que tuvo mucho que ver la revocatoria del Congreso en 1991, a la cual había llegado en alianza con Maximiliano Neira.


Si hubiera tomado la decisión de seguir haciendo política electoral la historia del conservatismo del Tolima sería otra. No hay duda que vivió con intensidad la política y lo hizo con prisa.


Cambió las correrías por los pueblos del Tolima y las visitas a sus amigos en los barrios de Ibagué por los micrófonos de radio Súper en Medellín. Allí se realizó como periodista político, y lo hizo como Henry, a diferencia de lo vivido en Ibagué, su carrera no fue vista como una herencia.


Allí tuvo el respeto de todo un pueblo, y de su dirigencia política, desde el expresidente Álvaro Uribe en adelante.


Escuché los reconocimientos que el Presidente Uribe le hizo en Rionegro durante un encuentro nacional del Partido Conservador y lo volví a escuchar el jueves pasado, durante los reconocimientos que le hizo el país con motivo de su fallecimiento. Como periodista político también vivió de prisa.


Sin embargo, la prisa nunca fue sinónimo de superficialidad, por el contrario, todas sus actividades las realizó con el mayor de los detalles, pasión y éxito. Henry, tus amigos te recordaremos con cariño y agradecimiento.

Credito
JAIME EDUARDO REYES M.

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