Todos los colombianos les agradecemos a ellos por los buenos momentos que nos brindaron en el Mundial de Brasil, pero aun más les agradecemos por recordarle a esta nación su grandeza y por mostrársela al mundo entero.

En ocasiones, el optimismo sobre el futuro no es el mejor, a veces, las disputas políticas diluyen los esfuerzos mancomunados, y en otros casos, los rencores personales y el afán de poder de algunos dirigentes crean climas hostiles en la misma sociedad. No obstante lo anterior, el pueblo, la gente, las personas, son muy superiores a dicha condición humana y una vez más Colombia encuentra un camino hacia la felicidad y la satisfacción personal y social.

En estos días, la selección Colombia de fútbol nos recordó que como nación siempre lograremos superar nuestros más grandes problemas, y que el trabajo en equipo con propósitos nobles siempre será reconocido.

Según la encuesta publicada el pasado viernes, a la par con el alza del optimismo, los colombianos han recobrado la fe en las negociaciones con las Farc (72 por ciento) y en la manera como el presidente Santos está conduciendo el proceso de paz (52 por ciento), a tal hecho que la imagen favorable del Presidente ha aumentado en más de 26 puntos, y un 52 por ciento cree que el proceso de paz se va a firmar.

En Tolima, todos deseamos terminar el conflicto, otra cosa es que no se crea en las Farc y se dude en el proceso de negociaciones por la falta de conocimiento sobre lo actuado en La Habana.

Aún así, este momento es muy especial y debe aprovecharse para avanzar en el propósito de superar nuestras grandes dificultades. Para ello, como lo dice el eslogan de la Selección, debemos estar “unidos por un país”. El gran reto es mantener el optimismo y la confianza, ambiente no tan fácil de lograr. ¿Cuánto tiempo durará esta sensación? Muy poco.

Por supuesto, en nuestro Departamento, la alegría y el optimismo de las personas se observa en todos los rincones del Tolima, por estos días la gente siente que mejores tiempos están por llegar.

Sin embargo, presentirlo no basta, además de pensarlo tenemos que actuar. Aún reconociendo que los gobiernos han trabajado de buena fe y han adelantado algunas inversiones, es el momento oportuno para que las fuerzas vivas del Tolima y los gobiernos ejecuten en su totalidad los proyectos que se plantearon en los planes de desarrollo, muchas son las iniciativas que aún están pendientes por concretar. No actuar traerá de nuevo una baja en el optimismo y la perdida de confianza de nuestras gentes, situación que no es deseable.