La desigualdad económica y social en el Tolima e Ibagué

Insisto en los temas de la pobreza y la desigualdad social que se deduce de los indicadores correspondientes, divulgados por Planeación Nacional en el curso de las dos semanas anteriores.

No es nada halagüeño que el Tolima ocupe el décimo puesto en cuanto Línea de Pobreza Extrema o de indigencia (17.35 de los hogares en el año 2010), entre los 32 departamentos colombianos; que en cuanto línea de pobreza, que es menos grave, el departamento ocupe el puesto 12, de mayor a menor pobreza.

Pero aún más preocupante es que nuestro Departamento esté en el quinto lugar entre aquellos donde la desigualdad en la distribución de los ingresos y de la riqueza sea la más grave (0.54). En ese grupo de departamentos está en primer lugar Chocó, luego Huila, nuestro vecino, Antioquia y Córdoba. Raro que en este grupo de desigualdad social y económica esté Antioquia, pero está mal que estemos tan cerca de la situación del Chocó, el departamento más pobre de Colombia.

La tendencia que muestra el Coeficiente de Gini es hacia el crecimiento de la exclusión y la inequidad en el Tolima. Tal coeficiente era de 0.52 en el 2002 y pasó a ser de 0.548 en 2010, siendo que cero es igualdad total y uno, desigualdad plena. Esto es grave. Debiera suscitar debates entre líderes políticos y académicos. Se debiera saber por qué tanta desigualdad en nuestro departamento y por qué estamos en los primeros lugares.

En Ibagué, el coeficiente era de 0.475 en el año 2002 y pasó a ser de 0.49 en el 2010, ocupando el séptimo lugar entre las 13 ciudades ­colombianas donde el Dane hace las Encuestas de Hogares. Sigo diciendo que es gravísimo que nos llegue tanto desplazado e indigente de otras zonas del país, que empiezan a sumar po­breza en nuestra ciudad. El consuelo sería que hay ciudades capitales que tienen una mayor desigualdad, por ejemplo, en Cali, Medellín, ­Bogotá y Barranquilla, donde la situación es más grave.

¿Cuáles son las características de los pobres? ¿Cuál es la población en situación de mayor riesgo de ser pobres o de caer en ella? Las respuestas parciales las da un estudio de Natalia Millán de Planeación Nacional (2005). Los hogares campesinos, la población más joven y los hogares con mayor número de hijos, tienden a ser más pobres. Los hogares donde el hombre es el jefe, tiende a ser más pobre que donde es la mujer.

“Los hogares de jefatura masculina tienden a empobrecerse  hacia el final, pero en general, entre más jóvenes  más probable que sean pobres”, dice el estudio.

En cuanto a la relación de pobreza con educación hay datos que corroboran los resultados de otras investigaciones. El analfabetismo se concentra en pobres y en la zona rural. Personas con nivel educativo bajo, son más pobres y tienen menos ingresos. “Los pobres tienen una tasa de desempleo alrededor de dos veces la de los no pobres. Los ingresos laborales de los no pobres son 12 veces los de los pobres: “22 mil pesos frente a 17 mil pesos”.

Pareciera que la educación sexual, que es obligatoria en la educación escolar, no ha tenido efectos positivos en el control de la natalidad y en la disminución de los embarazos de ­adolescentes.

Sobra ratificar que a mayor número de hijos, mayor pobreza. Más hijos en hogares pobres, reproducen la pobreza en una mayor magnitud.

Credito
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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